Marta Umpiérrez regresa ‘más valiosa’ tras un respiro de dos años de la música
Su nuevo trabajo, ‘Kintsugi’, tiene seis temas que se irán publicando hasta el mes de marzo
El kintsugi es una técnica utilizada para arreglar fracturas en la cerámica que tiene su origen en Japón, a finales del siglo XV. Se utiliza un barniz especial mezclado con polvo de oro. Se trata en el fondo de una filosofía en la que, en lugar de ocultar las heridas o cicatrices, se hace énfasis en las mismas. Se da una nueva vida a un objeto roto que, tras aplicar la técnica, acaba obteniendo un valor mayor. También se trata del nuevo proyecto y primer single de la cantante majorera Marta Umpiérrez tras un par de años de parón, en los que ha podido trabajar en sí misma para volver totalmente renovada, más fuerte y con más ganas que nunca. Regresa con un EP de seis temas, algunos de ellos grabados en Miami o Puerto Rico con algunos de los mejores productores del género urbano, que se irá desvelando paulatinamente hasta el próximo mes de marzo.
Marta cuenta que desde bien pequeñita le ha gustado escribir. “Pasaba mucho tiempo sola y me gustaba mucho, era mi herramienta de desahogo”. Con el Covid llegó el confinamiento y fue la cuarentena, con sus horas muertas, lo que hizo que esta joven artista experimentara con la música. “Es verdad que me gustaba mucho, pero siempre he sido una persona tímida, hasta para exponer en clase. Nunca me habría imaginado ser capaz de subirme a un escenario”, reconoce.
Cogió una base de internet y rapeó lo que tenía escrito. “Intenté explicar lo que sentía y pensaba sobre lo que estábamos viviendo”, recuerda. Lo que no podría esperarse es la viralidad que ese video consiguió, al llegar a más de un millón de visualizaciones en menos de 48 horas. Pero, ¿por qué el rap? La respuesta se encuentra en la sencillez. “Para mí era mucho mas fácil coger un beat de rap. Sí es verdad que lo que me ha gustado del género urbano es tanto el rap como el reggaetón”, explica.
Tras esa primera irrupción llegaron sus primeros temas en solitario, como Si tú me dejas, Ta´encendía o Sube el Reggaetón, donde demuestra su capacidad para moverse por diferentes estilos dentro de la música urbana, tocando diferentes narrativas en sus temas. Además, llegan colaboraciones como Trapo, junto a la artista -también canaria- Mel Ömana, que participa en el Benidorm Fest para representar a España en la próxima edición de Eurovisión, así como una canción, Abracadabra, como parte de una campaña impulsada por la Dirección de Juventud del Gobierno de Canarias para conmemorar el 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
“Hasta hace seis meses no me planteaba para nada retomar la música”
Tras estas primeras internadas en la música llegó un parón de algo más de dos años. Ahora, en 2024, ha reaparecido al triunfar en el Urban Talent Canarias y al colaborar en el proyecto del tinerfeño Guille El Invencible, ambos con el objetivo de promocionar a los talentos de las Islas. Marta cuenta que se siente “superbién” con su vuelta a la música. “La verdad es que estoy muy contenta con el equipazo que estamos formando. Es cierto que con sentimientos encontrados, ya que hasta hace seis meses no me planteaba para nada retomar la música”, señala.
No es para menos, lo dejó por motivos personales, por salud mental. “Tenía mucha ansiedad, caí en una depresión bastante heavy. Lo que en un principio más me llenaba, que era subirme en un escenario y transmitir con mis canciones, al final se convirtió en una odisea porque no estaba bien. Tuve que decidir si seguir con lo que estaba haciendo y con presión o elegirme a mí y ya ver qué sucedía en el futuro”, reconoce. Se apartó para trabajar en ella misma. “Necesité esos dos años para mí”, cuenta, al tiempo que matiza que, aunque no hiciera música, su lápiz siempre estuvo afilado, siguió siendo su herramienta de desahogo.
Regreso
Lo primero que hizo tras su parón fue la colaboración con Flow al Cubo. Un proyecto musical donde tres artistas de diferentes géneros se unen en una misma canción con la producción del artista y productor Guille El Invencible, afincado en Tenerife. “Un día estaba en mi casa mirando Instagram y vi que estaban haciendo un challenge de ese proyecto. Buscaban al tercer integrante haciendo un reto. El que más votara la gente era el que se llevaba esa colaboración y a mí me picaba el gusanillo”, cuenta Marta. Tras varios días dándole vueltas le echó valor, lo subió y terminó siendo elegida. “A raíz de ahí ha pasado todo muy rápido”, cuenta.
Ganó el Urban Talent Canarias entre más de 150 artistas que se inscribieron
“Fue un proyecto muy guay, el objetivo es hacer unión. Siempre se junta a tres artistas de aquí, de las Islas y crean una sesión. Era la primera vez que me metía en el estudio después de tanto tiempo. Estaba un poco nerviosa, pero el equipo de Guille me trató genial”, relata. En esa sesión, la número siete, compartió cubo con D Brío y Ray B. “Fue muy rodado y natural. Me dio muchas fuerzas para seguir al pie del cañón y seguir trabajando. Fue motivación pura”, incide.
También le llegó a Marta un anuncio en el que buscaban participantes en el Archipiélago para el Urban Talent Canarias. “Pedían que enviaran dos canciones y ya contactarían si estabas seleccionada o no”, cuenta. Fue una de las 20 seleccionadas de más de 150 artistas que se apuntaron de toda Canarias y fue pasando fases hasta que, al final, terminó ganando el concurso.
Desde su aparición en el proyecto de Flow al Cubo han sido seis meses muy intensos, reconoce entre risas. Gracias a esa colaboración apareció Jhonathan Álvarez, también conocido como Ruplares, “el hombre de goma”, conocido por sus esculturas con caucho. Este artista cuenta con grandes contactos, “al nivel de Arcángel, Nicky Jam o Mike Towers”, explica la majorera. Cuando vio su participación en el proyecto de Guille el Invencible, el artista se acercó, le ofreció ayuda y ahora forma parte del equipo.
Ese mismo día le entregó un llavero que ponía “Puerto Rico” y le dijo que algún día acabarían yendo, pues se trata de la meca del género urbano. “La realidad es que tres meses y pico después estuvimos por allá. Fuimos a Puerto Rico y a Miami. Allí grabé unos temas del EP que saldrán ahora”, cuenta con ilusión. De hecho, Marta adelanta que el próximo tema lo grabó con Worries, un productor bastante “eminente” que ha colaborado con artistas de la talla de Mora. Una situación, para la artista majorera, “surrealista” pues “en cuestión de meses han pasado cosas muy grandes”.
‘Kintsugi’
Tras meses de alta intensidad, el 21 de noviembre salió a la luz el primer tema que comparte nombre de su EP, Kintsugi. “Es el nombre de una técnica japonesa. Allí cuando se rompe una cerámica ellos la reconstruyen, la pegan con oro y pegamento y en lugar de ocultar esas cicatrices, las realzan y entonces esa pieza cobra más valor del que tenía antes”, explica. Esto es precisamente lo que Marta siente tras estos dos años alejada de la música: “Ha sido una época superjodida, pero la volvería a pasar mil veces porque vuelvo más fuerte y renovada que nunca”.
“Fuimos a Puerto Rico y a Miami. Allí grabé unos temas del EP que saldrán ahora”
Esta filosofía, de reaparecer más fuerte tras romperse es precisamente lo que la cantante majorera quiere transmitir. “Es una Marta totalmente renovada y sobre todo quiero que el oyente pueda escucharlo en cualquier situación o emoción que tenga en ese momento. Si tienes euforia, que tengas una canción para ello. Si estás triste, otra canción para ello. Que da igual cómo te sientas que vas a poder seguir escuchando el proyecto y puedas seguir escuchando a Marta Umpiérrez y te sientas identificada con ella”, explica.
Un EP que pretende transmitir un “viaje emocional” y donde se podrá encontrar “bastante variedad”. “Es verdad que no deja de ser urbano, pero hay sonidos muy experimentales”, adelanta. En cuanto a las letras, “un tanto de lo mismo”, pues “tenemos desamor, euforia, vacilón, trapeo de este chulesco como le llamo yo y que me gusta mucho. Tenemos un poco de todo, siempre fusionando e intentado buscar mi estilo”. Para ello, encuentra la inspiración en sus vivencias. “Vivo en la maravillosa isla de Fuerteventura que está llena de rincones maravillosos. Donde más me gusta componer y estar, y donde me encuentro en mi sitio, siempre va a ser en la playa de la Escalera, en El Cotillo”, señala. Una ubicación, por cierto, que sirve como escenario del primer videoclip del EP.
No estará exenta de sorpresas su vuelta a la música, pues hay “alguna colaboración bastante extraña que creo que va a sorprender”, señala. Marta reconoce estar “supercontenta” con el resultado final y con la aparición de nombres de productores “muy importantes”. Para ser su vuelta a la música le parece “un proyecto brutal”.
Imagen
Este proyecto de regreso ha supuesto y sigue suponiendo un importante trabajo para su equipo, pues todas y cada una de las canciones contarán con su propio videoclip. “No paro, dios mío, no paro”, cuenta entre risas. Marta se ha dado cuenta de que la imagen “lo es todo”. En sus aventuras al otro lado del Charco trató de llamar la atención de alguna manera. “Con la música, por ahora no puede ser”, cuenta. Sin embargo, en su visita al Choliseo, nombre que recibe el mayor estadio cubierto de Puerto Rico y donde se celebran numerosos conciertos, apareció con una imagen artística. “Al final, eso llama a la atención, hace que la gente se quiera acercar a ti, se interese por lo que haces y por la energía que transmites también”, revela. Ahora, la imagen para Marta supone el 90 o el 95 por ciento de un proyecto, “aunque quizás antes no la cuidaba tanto”, reconoce al tiempo que aclara que “todo tiene que ir de la mano”.
“Tenemos desamor, euforia, vacilón, trapeo de este chulesco como le llamo…”
También suponen una parte importante del proyecto los videoclips que, en su caso, vienen de la mano de Árida Films, del majorero Adrián Tejero, quien ha sido galardonado en 38 ocasiones a nivel internacional. “Se dedica más a los cortos, pero le gusta mucho el proyecto y ha apostado también por Kintsugi”, afirma la artista, que está “contenta y sorprendida” por la cantidad de gente que se suma al proyecto. Sin ir más lejos, el último fin de semana de noviembre la grabación tuvo lugar en Barcelona y en total eran 13 personas en producción. “Es un número muy grande... realmente estamos empezando a despegar, por así decirlo”.
Los siguientes pasos que seguir con el EP se resumen en seguir trabajando. Recientemente han grabado el segundo tema, Yügen, que sale a la luz el 27 de diciembre. “Ahora tenemos que seguir grabando videoclips porque si no, nos va a pillar el toro”.
Desde diciembre a marzo está previsto que vayan saliendo temas y Marta señala que está empezando a cerrar fechas para actuaciones, principalmente para carnavales. “Me han avisado para La Palma, el lunes de carnaval en Tenerife, para aquí en Puerto del Rosario, Lanzarote también está ahí... Ahora estamos intentando adelantar todo lo que se pueda con los videoclips, porque después de Navidad va a ser complicado”, relata. En definitiva, Marta Umpiérrez ha vuelto renovada y ‘más valiosa’ que antes, con un proyecto que representa su estado actual. Vuelve a la música y se sube de nuevo a los escenarios para que el público pueda escuchar lo que su lápiz afilado tiene que decir.
A escala nacional, la artista majorera escucha ahora mismo a Judeline, de quien destaca sobre todo su imagen. “Me fijo en las mujeres empoderadas como Nathy Peluso o Young Miko”. De esta última, por cierto, se podrán encontrar referencias en ‘Kintsugi’. Por otro lado, destaca a diferentes artistas del colectivo LGTBi como Villano Antillano o la canaria Ptazeta. “Esos artistas que tienen que señalar algo, que luchan por algo, que son parte del colectivo, que al final también es mi objetivo”, relata. Además, desde el punto de vista musical, reconoce escuchar a Feid, dentro del género urbano, aunque “depende mucho de la situación y del ‘mood’ que tenga. Casi siempre es urbano, pero lo mismo me pongo a Los Sabandeños y soy feliz”, ríe.
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