-El grupo de gobierno del Cabildo de Fuerteventura ha manifestado que el agua es el gran problema insular. ¿Qué mejoras espera que se materialicen en el corto plazo?

-El tema del agua es el asunto prioritario que nos hemos marcado para este mandato. Hay en marcha una serie de inversiones, por la declaración de emergencia hídrica, que son las que se han considerado prioritarias y por donde el Consorcio de Abastecimiento de Aguas a Fuerteventura (CAAF) entendía que se debía empezar para permitir una solución a largo plazo. Resolver todos los problemas de abastecimiento es un trabajo arduo y somos conscientes de que en cuatro años no se puede culminar todo lo que hay que hacer, pero sí subsanar las infraestructuras que se han ido quedado obsoletas o que son insuficientes. Este año es importante para proyectar, porque no existían proyectos. Estaban planteados más de 200 millones de euros para inversión, pero no había proyectos, que son fundamentales para conseguir financiación, porque es lo que reclaman instituciones como el Gobierno de Canarias para aportar fondos.

-Está claro que la financiación no es infinita y da la impresión de que, aunque el CAAF está compuesto por el Cabildo y los ayuntamientos de la Isla, es la Corporación insular la que está asumiendo las inversiones. ¿Hasta qué punto debería haber mayor colaboración de los ayuntamientos?

-El Consorcio es un 60 por ciento del Cabildo y un 40 por ciento de los ayuntamientos. Hemos hecho un gran esfuerzo para incrementar las aportaciones, pero el montante de las obras que se están ejecutando no puede ser soportado solo por el CAAF. No en vano, su presupuesto es de 34 millones de euros y tenemos en marcha actuaciones por más volumen económico. Se está ejecutando con recursos del Cabildo, recurriendo a financiación del Fondo de Desarrollo de Canarias (FDCAN), porque en lugar de otras infraestructuras hemos considerado prioritaria la problemática del agua. 

-En primavera y sobre todo en fechas estivales aumenta la afluencia de visitantes a la Isla. Con los antecedentes del año pasado, ¿está garantizada el agua para este verano?

-El año pasado sucedieron un cúmulo de circunstancias. Para este verano no puedo garantizar que no haya problemas de falta de agua, como los que se dieron en La Lajita, que lo solventamos con la compra de agua. Muchas veces no es cuestión de aumentar la producción de agua, no es tan fácil. Hay una serie de protocolos que seguir para ello. También hay un límite para coger agua de los pozos de captación, de ahí que estamos analizando el agua de otros pozos para aumentar la disponibilidad y producción. Si estamos ejecutando esas obras es porque consideramos que podemos tener un verano mejor que el año pasado. En cualquier momento se pueden producir cortes por averías que no estaban controladas. Todo apunta a que tengamos una mayor producción antes de agosto, sobre todo gracias a las actuaciones en la planta desaladora de Puerto del Rosario y la mejora de los depósitos de La Herradura, lo que permite contar con mayor almacenamiento, y alguna que otra obra de distribución que puede estar lista para ese periodo.

“Todo apunta a que tengamos una mayor producción de agua antes de agosto”

-Con respecto a los datos, ¿qué capacidad de producción tiene el CAAF en la actualidad?

-La capacidad de producción es de unos 1.180 metros cúbicos a la hora en la planta de Puerto del Rosario, en Gran Tarajal es de 185 metros cúbicos a la hora y en Corralejo otros 170 metros cúbicos por hora. Son las tres plantas que pertenecen al Consorcio y trabajan durante todo el día. Al margen hay que tener en cuenta la producción agrícola. El último dato que tenemos es de 2023 y son unos 6.091 metros cúbicos al día los que se producen para abastecimiento agrícola.

-¿Y cuál es la diferencia entre el agua que se desala y el agua que se factura realmente por parte del CAAF? Hace dos mandatos ya había informes que apuntaban a que casi la mitad del agua que se desalaba no se facturaba, por diversos factores, como las pérdidas.

-El agua no registrada es del 51 por ciento respecto del agua que se produce. Ahí se incluye, efectivamente, pérdidas en la red de distribución y agua que no está controlada. La estimación es que una tercera parte del agua que no se controla se debe a contadores fuera de servicio que no se han cambiado o también a enganches ilegales.

-Mencionaba antes el agua agrícola. ¿Cómo marcha el proyecto para el regadío en los municipios de Tuineje y Pájara, que impulsa el Ministerio de Agricultura y que se anunció que beneficiaría a unos 300 regantes con una inversión de 13 millones de euros?

-Ese proyecto está a punto de ejecutarse. También hemos pedido colaboración al Gobierno de Canarias porque ese proyecto contemplaba la producción y distribución de agua. El Ministerio se compromete a financiar todo el proyecto de producción, hasta la balsa, y luego con el Gobierno de Canarias estamos trabajando en la distribución del agua agrícola. Este proyecto contempla una desaladora propia en la planta de Gran Tarajal del CAAF. Una de las obras de emergencia contempladas es trasladar uno de los módulos de esta planta, porque en esa zona va situada esta desaladora para agua agrícola, y también hemos encomendado el estudio para ubicar la nueva planta desaladora del sur de la Isla.

“¿Cómo vas a subir la tarifa de un servicio que no se presta como se debiera?”

-En cuanto a las quejas vecinales por el excesivo nivel de decibelios de la planta de Gran Tarajal, ¿han desaparecido las molestias o al menos se han amortiguado?

-Se intentan mitigar. Las últimas quejas que han llegado son debidas a que cuando hay mucho calor los módulos de desalación tienden a averiarse, por lo que se tienen que abrir las puertas. Tenemos contemplado un nuevo sistema de refrigeración. Pero eso no quita para reconocer que esa planta se está quedando pequeña y no podemos ampliarla más. El objetivo a futuro con la nueva planta desaladora del sur de la Isla es descentralizar los puntos de producción. El gran problema que tenemos es que el agua de Tuineje proceda de Puerto del Rosario. Eso es lo que provoca que el coste de la producción suba, debido al necesario impulso del agua mediante un sistema de bombeo para que alcance la zona sur. 

-El CAAF aprobó un presupuesto para este año de 34,6 millones de euros, de los que apenas 13,2 millones se corresponden con la venta de agua. En cuanto a los gastos, en electricidad se ha firmado un mejor contrato pero al final se van a pagar 11 millones por año. Y las instituciones tienen que aportar casi 19 millones de euros para equilibrar las cuentas. Si el Consorcio fuese una empresa privada, y no contase con esos fondos que aportan las instituciones, estaría en situación de quiebra...

-Está claro que en la actualidad es necesaria la aportación del Cabildo y los ayuntamientos para equiparar los ingresos con los gastos. Cierto es que hay que mejorar la situación del CAAF en cuanto a la producción y distribución, y para ello se están ejecutando las inversiones. Luego hay que recuperar lo que no se está cobrando, por pérdidas en red o fraude. Cuando se elaboró el presupuesto preveíamos 17 millones de euros de coste de electricidad y al final serán 11 millones. En 2022 el presupuesto era de 29 millones, pero con el remanente se alcanzaron los 40 millones. Independientemente de todo esto, hay que tener en cuenta que el precio del agua no ha variado.

-¿No tocaría en estos momentos, si todos los costes han aumentado, actualizar las tarifas del agua?

-Ahora mismo no, porque no tienes un servicio. ¿Cómo vas a incrementar una tarifa de un servicio que no se presta como se debiera? Sería irresponsable por nuestra parte decirle al ciudadano que le vamos a subir el precio, cuando hace unos meses se estaban produciendo cortes y averías. Para actualizar las tarifas habría que contar con un servicio estable durante un periodo amplio de tiempo y con un grado de satisfacción mínimo. No me refiero solo al abastecimiento, sino al propio funcionamiento, como el simple hecho de que un usuario no tenga que ir a las oficinas en El Charco a recoger una factura, o que pueda controlar el consumo del agua. Cuando exista un mejor servicio a lo mejor tocará subir las tarifas.

“Hay problemas en el CAAF, pero privatizar no entra en nuestras políticas”

-¿Cómo es la interlocución con el tejido social, que se ha organizado contra los cortes de agua, con manifestación incluida hace menos de cinco meses?

-Hay de todo. Entiendo que nos trasladen sus preocupaciones y estamos obligados y encantados de dar explicaciones. Hay gente coherente y, de hecho, hay ideas que se han trasladado que creemos que son muy interesantes, sobre todo en materia educativa. Nunca me voy a molestar por que la ciudadanía se manifieste, mucho ha aguantado. Creemos en el diálogo. También hay alguna persona a la que le dan igual las explicaciones acerca del trabajo que se está haciendo. Ni somos ineptos ni creo que quepa meterse con los trabajadores.

-En Canarias es habitual externalizar el servicio del agua. ¿Al grupo de gobierno del Cabildo se le pasa por la cabeza?

-No. Al igual que reconozco que la situación del Consorcio es la que es, también hay que asumir que sin el CAAF la Isla no habría tenido abastecimiento de agua. A pesar de todo, es una entidad pública que, con un poco de cariño y gestión, puede seguir siendo pública. Sabemos que hay problemas y que hacen falta mejoras en equipamientos y gestión... pero lo de privatizar no entra en nuestras políticas.