“Si se aborda la migración como crisis, nunca habrá recursos estables”
María Greco, técnica del SAAIM de Entre Mares
María Greco lleva 19 años trabajando en temas de inmigración. Es la técnica del Servicio de Atención e Información a las personas Migrantes de Fuerteventura (SAAIM) de Entre Mares, asociación que en 2024 cumplirá diez años. Gran conocedora de los flujos migratorios que llegan a Canarias, Greco no duda en cuestionar “la errática” política migratoria de la Unión Europea con medidas que desatienden la acogida y se centran en el blindaje de fronteras, mientras el mar se convierte en una gran fosa común.
La experta en migraciones alerta de cómo el foco mediático se pone en las personas que vienen por mar, cuando la mayoría de la migración que llega a Fuerteventura lo hace a través del aeropuerto y explica cómo, una vez en la Isla, estos tienen que “sobrevivir” en situación irregular y arrastrados a la economía sumergida. Ante un otoño que se espera caliente en la ruta canaria, insiste en la necesidad de apostar por una acogida digna, con recursos alojativos estables que entierren la improvisación que ha marcado los casi 30 años de llegadas de pateras a Canarias.
-¿Cuáles son las principales dificultades que se está encontrando la población migrante que reside en Fuerteventura?
-Los problemas más grandes que se están encontrando cuando llegan, lo hacen sobre todo por avión y no por mar, es que piensan, por un desconocimiento de la normativa de Extranjería, que, aunque tengan oferta de trabajo, contratos laborales o personas que las quieran contratar, van a poder regularizar su situación y eso no es así. Llegan y necesitan trabajar, pero no pueden regularizar su situación como mínimo, si quieren una autorización para trabajar, hasta en tres años y tienen que estar de forma irregular. El problema que se están encontrando es sobrevivir. Es poder acceder a una casa, a un trabajo formal.
-Los medios de comunicación y los políticos ponen el foco en las personas que llegan en patera, pero no en los que lo hacen por los aeropuertos. Si vemos la memoria de Entre Mares de 2022, se observa que la mayoría de las atenciones fueron a población de Latinoamérica. ¿Por qué se está dando esta situación?
-Nosotros hemos detectado que, desde el año 2015, ha ido desapareciendo, progresivamente, la población africana del servicio. En estos momentos, tenemos 38 personas de nacionalidades africanas frente a 215 expedientes abiertos de latinoamericanos. Esto arrancó en 2015 cuando se firmaron convenios de cesión de visado con determinados países lo que hace que estas personas procedentes de estos lugares no necesiten visado para entrar en territorio Schengen. Eso ha facilitado las llegadas. En 2021 y 2022 hubo una situación de especial irregularidad e inestabilidad política en toda Latinoamérica. Se están dando situaciones que están generando que las personas que residen en esos territorios tengan que salir por seguridad, inestabilidad política o cuestiones económicas. Las facilidades para entrar y las situaciones, especialmente vulnerables, que tienen en sus países de origen hacen que estén viniendo a España.
“La política migratoria de la Unión Europea provoca muertes en el mar”
-Hace unos meses, Diario de Fuerteventura publicaba la historia de Mokhtar, que lleva 27 años esperando para obtener la nacionalidad española. ¿Qué está ocurriendo para que se estén dando, cada vez con más frecuencia, estas situaciones?
-El Ministerio de Justicia traslada que tienen un volumen altísimo de solicitudes de nacionalidad. A los dos años de residencia legal, todo ciudadano procedente de Latinoamérica, Guinea Ecuatorial y Filipinas puede acceder a la nacionalidad española. Cada vez están llegando más y desde que consiguen regularizarse solicitan la nacionalidad española. Entonces, vemos cómo hay un volumen altísimo de solicitudes de nacionalidad al que el Ministerio de Justicia no le da tiempo a tramitar. Por ejemplo, están los requisitos en los antecedentes penales que tienen una validez de tres años. Si se tarda cuatro años en resolver, se caducan. Hemos tenido casos en los que, hasta en tres ocasiones, se han pedido que presente los antecedentes penales. En el momento en el que la administración requiere algo, automáticamente se va a prorrogar la resolución de la solicitud.
-El 28 de agosto de 1994 llegó la primera patera a Canarias. Lo hizo a Fuerteventura. Casi 30 años después, se sigue improvisando en la acogida a las personas migrantes. ¿Por qué esta improvisación?
-La manera de abordar el Estado español y las políticas de la Unión Europea el tema de las migraciones es la de una situación de excepcionalidad todo el tiempo. Recurrimos mucho a la crisis migratoria. Cuando utilizamos la palabra crisis, valen todas las medidas excepcionales que haya que tomar respecto a la crisis. Creo que se trata de no crear una base sólida de acogida para que no fuerce a un compromiso a largo plazo. No se habilitan recursos estables y eso no solo ocurre en Canarias, sino también en Lampedusa y en todas las islas que están en la frontera sur de Europa. Si no se habilitan los recursos estables es porque no quieren que se gestione de esa manera para no dar la sensación de que se trata de una cuestión normalizada.
“Van a ser meses de muchas llegadas; normal cuando la gente no tiene opciones”
-¿Qué han hecho mal las ONG y los periodistas que llevan años informando sobre el tema migratorio para que, lejos de conseguir que la sociedad empatice con estas personas, haya aumentado el rechazo y los discursos de odio?
-Creo que la mayor parte de los medios de comunicación inciden mucho en lo dramático. Informan con titulares. Eso hace que se pierda el trasfondo de lo que está ocurriendo en el tema migratorio. Se aborda el fenómeno como un drama y se insiste en lo peligrosa que es la ruta canaria. Esos titulares lo que fuerzan es a que las personas que los leemos, a la larga, culpemos y responsabilicemos de las muertes y de arriesgar la vida a las propios implicados que se suben a una embarcación. A Entre Mares eso nos parece tremendamente grave. Incidir en que la ruta es peligrosa fuerza a crear un discurso basado en que las personas migrantes, que optan por montarse en una embarcación son unas irresponsables. Al final, se fuerza a que la responsabilidad de la muerte recaiga sobre ellos sin analizar ni tener en cuenta que la culpa de que estas personas mueran es de la política migratoria porque no pueden acceder a un territorio de la Unión Europea salvo por esa vía. No se incide en las causas que motivan a estas personas y en lo que está ocurriendo en sus países para que tengan que recurrir a esta forma de emigrar.
-No tiene la impresión de que los políticos de la Isla sólo hablan de inmigración cuando están llenos los centros de acogida…
-En la campaña política nadie ha hablado de inmigración. Me llama mucho la atención, y no sólo en la política canaria, que sólo se habla de inmigración irregular en las costas. Nadie está hablando de la inmigración que está llegando y se está quedando en el territorio. Esta triplica a la que entra en embarcaciones. Esta última no se va a quedar en Canarias, pero la que está llegando por avión sí. Nos sorprende que, constantemente, se ponga el foco en las costas. Entiendo que se debe poner porque hay que vigilar que se respete el derecho a las personas y tengan una acogida digna, pero la población que va a residir en Canarias no va a ser la que llega en embarcaciones y de esa nadie habla.
“El reto es hacer una gestión humanitaria y eficaz de los flujos migratorios”
-¿Está Fuerteventura preparada para un posible aumento de la llegada de pateras en los próximos meses?
-Yo creo que no. Se ponen los medios, pero luego se ve que hay una temporada en la que no llegan y se desmantelan. Hay que tener recursos estables y continuados en el tiempo y suficientes. Si se sigue abordando el fenómeno migratorio como crisis, no va a haber nunca recursos estables.
-El acuerdo entre España y Marruecos parece que ha reducido el número de embarcaciones que salen desde Marruecos, pero ¿a costa de qué?
-A costa de que las rutas sean más peligrosas. Cuando Marruecos ejerce un control sobre su costa se produce un sufrimiento terrible. No sabemos lo que está pasando en la otra orilla y cómo está Marruecos ejerciendo ese control en su territorio. Nos llegan noticias esporádicas de que se está abandonando a la gente en el desierto del Sáhara y de una represión fortísima sobre la población migrante. En el momento en el que se ejerce un control en la zona más al norte, la gente va a salir más por el sur. Son rutas más largas, peligrosas y más muertes.
-La inestabilidad política en Senegal está haciendo que se reactive la ruta de los cayucos, con vías más largas y peligrosas. ¿Qué le parece que, ante esta situación, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, responda con que se van a reactivar los vuelos de repatriación?
-Esa es la contradicción y una de las causas de los discursos xenófobos. Un gobierno progresista usa el discurso de vamos a dar una digna acogida y a la siguiente coma dice vamos a activar los vuelos de repatriación. No se entiende cómo se casa una cosa con la otra. ¿Cómo se les va a repatriar con la situación política en la que está Senegal en estos momentos? Además, Senegal ha dicho que apoya una intervención militar en Níger. Va a entrar en estado de guerra. Cómo se va a repatriar a personas a un país que está en una situación bélica. Si esto ocurre se van a contravenir todas las normas internacionales.
-En 2018, un Real Decreto recuperó la sanidad universal para la población migrante. Sin embargo, a Entre Mares siguen llegando personas con facturas por haberlos atendido en el hospital. ¿Qué hay detrás de todo esto?
-Lo más escandaloso son las facturaciones a embarazadas y menores de edad. Se están contraviniendo los derechos internacionales del niño que tiene España suscritos. Se hizo un Real Decreto para recuperar la sanidad universal, pero ese Real Decreto no tiene un reglamento de aplicación para que las comunidades autónomas, con competencias en Sanidad, lo apliquen en sus territorios. En Canarias no se ha aplicado. La norma que existe, actualmente, es la orden de la Consejería de 2015 en la que se dice que se atenderá a embarazadas y menores por el Sistema Nacional de Salud. Desde septiembre de 2012, que entró en vigor la modificación sanitaria, no ha cambiado ni un ápice. Se sigue facturando a embarazadas y menores a través de la gerencia del Hospital de Fuerteventura. Desde Entre Mares hemos hecho esfuerzos por reunirnos, realizado escritos y presentado recursos, pero la gerencia sólo ha contestado a los recursos en dos ocasiones.
-¿Qué reto debe plantearse el nuevo Gobierno de España en materia migratoria?
-Creo que el reto es hacer una gestión humanitaria y, sobre todo, eficaz de los movimientos migratorios. El principal reto es cómo gestionar los flujos migratorios con África, cómo abrir vías legales y seguras para poder acceder y cómo gestionar y hacer valer su voz en la Unión Europea.
-No tiene la impresión de que a Europa no le interesa frenar las muertes en el mar…
-Parece que no, pero es conocedora. Los primeros muertos constatados que llegaron a Canarias fueron en 1999. Después de tantos años, deben ser conscientes de que la política migratoria de la Unión Europea provoca víctimas.
-A principios de julio, España asumió la presidencia del Consejo de la Unión Europea. ¿Cómo debe aprovechar España esta posición en materia migratoria?
-España debería aprovechar su experiencia en la frontera sur para trasladarles una visión de lo que es la realidad migratoria al resto de los países de la Unión Europea e imponer a otros países, que no son favorables a las políticas migratorias ni a la acogida, esa visión para que se apueste por una acogida digna y por vías regulares de llegada a España.
-¿Qué opina del nuevo Pacto Europeo sobre Migración y Asilo?
-No tengo muy buenas expectativas de ese pacto. Creo que la política de la Unión Europea, respecto al ámbito migratorio, es errática del todo. No me parece que permitir que países miembros de la Unión Europea digan que ellos no van a acoger y pagar 20.000 euros sea la manera. Entramos en un concepto mercantilista. En el momento en el que no se gestiona ni de manera humanitaria ni efectiva, un fenómeno que Europa lo va a tener constantemente se van a dar situaciones como la que ocurrió en los hoteles aquí. La imagen que se trasmite a la población es la de que se ven forzados a hacer algo que no quieren hacer: dar una acogida humanitaria e integradora. Si no quieren acoger que paguen. Eso no creo que sea una política que respete los derechos humanos.
-¿No tiene la impresión de que el pacto penaliza los territorios fronterizos?
-Sí porque estamos en contacto directo. El país más cercano es el que asume las consecuencias de ese territorio. Da la sensación de que la solidaridad respecto a las personas en contextos de movilidad se tiene a nivel de palabra con los países del norte de la Unión Europea. Sin embargo, vemos cómo el discurso es diferente cuando se tiene que trasladar al sur.
-¿Y cuál es ese discurso?
-El discurso es dotar de recursos materiales para el control y blindaje de fronteras. Por eso hay esa contradicción constante en el discurso migratorio tanto en el Estado español, comunidad autónoma como Unión Europea. Hay un programa para dar una digna acogida y poner recursos, pero a la vez voy a fortalecer el control y reactivar las devoluciones. Tenemos la experiencia confirmada, con Ucrania, de que se puede habilitar, en tiempo récord, una digna acogida, pero no hay voluntad de hacerlo. La Unión Europea tiene los recursos para poder acoger dignamente. La deriva política de inmigración de la Unión Europea no va por la defensa del derecho de las personas a la movilidad para la libre circulación y eso creo que es un error.
-¿Qué previsión hace en la ruta migratoria para los próximos meses?
-Los meses que vienen van a ser terribles en el ámbito migratorio porque los estados que controlan van a estar metidos en el tema de Níger. Van a ser meses de muchas llegadas, pero es normal cuando la gente no tiene opciones. El mar es una opción y se la juegan, pero si se quedan en su territorio los van a matar.