En uno de sus últimos anuncios, cinco días antes de abandonar el cargo de presidente, el Cabildo en manos de Sergio Lloret aseguró que se había llevado a cabo la “adjudicación previa” del proyecto para “las obras de restauración y rehabilitación de la Casa del Inglés”, uno de los inmuebles con mayor valor histórico de Fuerteventura.

Sin embargo, había letra pequeña: el adjudicatario no pudo acreditar su solvencia técnica y su experiencia en rehabilitaciones integrales de este tipo de edificios. Al final, como si de una maldición se tratara, la contratación ha quedado desierta. El nuevo consejero de Patrimonio Histórico y Cultura, Rayco León, apuesta por un concurso de ideas para devolver a la vida la Casa del Inglés. A día de hoy, su única esperanza.

El pasado mes de mayo, el Cabildo de Fuerteventura utilizó un acuerdo marco que tiene con tres estudios técnicos para la elaboración de proyectos arquitectónicos y cursó las correspondientes invitaciones, con un presupuesto base de licitación de 201.157 euros. Solo contestó el estudio del arquitecto Diego Pastoriza.

Los técnicos de Infraestructuras del Cabildo señalan en su informe que “no se acredita solvencia técnica suficiente” de los profesionales que iban a asumir el trabajo. En el caso de una arquitecta, “en los certificados de buena ejecución aportados no se acredita” que se tratase “de edificaciones declaradas bienes de interés cultural” o incluidas en algún catálogo de Patrimonio Histórico.

Así, solo se aportaron certificados sobre la restauración de “elementos puntuales”, como “tres fachadas y una cubierta”, pero no de “rehabilitaciones de carácter integral” de características similares a la Casa del Inglés.

En la resolución que declara desierta la contratación se plantea “valorar el inicio o no de un nuevo expediente de contratación”. El consejero Rayco León tiene claro que la Casa del Inglés “es el último gran edificio que le queda a Fuerteventura a nivel patrimonial”.

Por ello, apuesta por un concurso abierto en el que se ponga sobre la mesa propuestas de rehabilitación y también de distribución de usos en el inmueble, con un premio económico significativo, que sirva para “atraer a estudios potentes” en el ámbito de la restauración de edificaciones históricas.

El mal estado del inmueble, señala León, invita a buscar expertos “con experiencia” y destaca la importancia de que la población conozca las propuestas de intervención antes del inicio de las obras.

Hace tres años ya se efectuó, en colaboración con la asociación Raíz del Pueblo, una consulta pública de este inmueble, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en diciembre de 2005 y que casi 18 años después sigue en ruinas. “El resultado de aquella consulta fue bastante abierto, pero se coincidía en que la Casa del Inglés se utilizara para la dinamización cultural en La Oliva con espacios polivalentes”, señala León.

El histórico inmueble es Bien de Interés Cultural desde diciembre de 2005

Sobre el concurso de ideas para diseñar el proyecto de rehabilitación, “una intervención funcional que ponga en uso el edificio”, el consejero de Patrimonio Histórico evita poner plazos, pero insiste en que es una “prioridad” para el Cabildo.

La institución insular compró la Casa del Inglés en 2021, por unos 314.000 euros, a la familia Manrique de Lara. Entonces se destacó que era la “culminación de un anhelado deseo” para “la conservación de este histórico inmueble”, que forma una ruta patrimonial en La Oliva junto a la Casa de los Coroneles, la Iglesia de la Candelaria o la ermita de La Capellanía.

El exalcalde Domingo González Arroyo llegó a vallar la propiedad en febrero del año pasado y a reivindicar que la Casa del Inglés pertenecía a su familia desde 1933, lo que les haría responsables, por otro lado, de su degradación a lo largo de los años. No tuvo éxito: el Cabildo insistió en que la había comprado a los titulares del inmueble, en un acuerdo validado por el Juzgado, y retiró el vallado. Y cuando parecía que el camino se despejaba para la Casa del Inglés, ha llegado el tropiezo burocrático para su restauración.