Ha sido una legislatura incompatible con el aburrimiento: pandemia, volcán y guerra como elementos troncales, con la incertidumbre como perenne compañera
Algunas preguntas para 2023
Ha sido una legislatura incompatible con el aburrimiento: pandemia, volcán y guerra como elementos troncales, con la incertidumbre como perenne compañera
Este año que arranca vamos a vivir un doble ciclo electoral que pondrá en juego todo el poder político en España. Y por supuesto también en Canarias. El último domingo de mayo, y por lo que se sabe a mediados de diciembre, serán repartidas estas nuevas cartas. Nos movemos, por tanto, en un escenario de incertidumbre, derivada de los propios comicios, y acrecentada en este caso por todos los sucesos estruendosos acontecidos durante los últimos cuatro años. Ha sido una legislatura incompatible con el aburrimiento: pandemia, volcán y guerra como elementos troncales, con la incertidumbre como perenne compañera. Y aún estamos a tiempo de vivir alguna sorpresa más. Por ahora, vamos a centrarnos en algunas preguntas pertinentes.
¿Cuál es el peso real de la marca AVT? La impresión general, corroborada por algunos estudios demoscópicos, es que la imagen del presidente canario ha resistido bien el choque con una realidad adversa hasta límites sin precedentes en la historia autonómica. La duda será despejada en mayo, pero Ángel Víctor Torres comparecerá ante las urnas como el candidato mejor valorado de todos aquellos con aspiraciones presidenciales, y también estará al comando de las siglas con más pegada electoral sumando todos los territorios en los que competirá. Ya se sabe que en Canarias los mercados políticos son esencialmente insulares. Aun así, ¿será esto suficiente para mantenerse en la Presidencia? Depende de dos factores que están fuera del control de Torres. Uno es la propia situación de la marca PSOE en mayo próximo. El otro, las expectativas reales de sus aliados políticos, sobre todo de las confluencias de izquierda, que en el momento presente son sobre todo disidencias. Si el espacio a la izquierda de las siglas socialistas se desploma, Torres tendrá serios problemas para revalidar el Pacto de las Flores. Si eso ocurre cualquier cosa es posible, incluso una presidencia interina y condicionada al resultado de las elecciones generales de diciembre. Y no nos engañemos tampoco: si sus adversarios, CC y PP, suman 36 escaños el lunes 29 de mayo, lo descabalgarán de la Presidencia.
¿Las elecciones son un “volver o morir” para CC? No será para tanto, pero es indudable que Coalición Canaria y Fernando Clavijo afrontan 2023 como el año en el que se jugarán el todo por el todo. Los nacionalistas tienen un elemento muy a favor: lo perdieron todo en 2019 y a partir de ahí han recuperado algunas plazas y, lo más importante, han transmitido la idea cierta de ser una fuerza política consistente, capaz de resistir en el desfiladero de la oposición. Pero, al mismo tiempo, CC necesita acortar todo lo posible este proceso de depuración interna, so pena no de desaparecer, sino de perder esa condición de fuerza que aspira a ganar y gobernar en las Islas en una posición central, no accesoria. Los números de la demoscopia no son malos y ofrecen algunas opciones razonables de gobierno, incluso con la Presidencia a tiro si el desgaste del PSOE se ve acentuado en los próximos meses. En el debe está el gen victimista y endogámico que se ha instalado en la cúpula de CC, un partido que a veces se toma el poder como un derecho divino: nadie los quiere borrar del mapa político canario, pero sus líderes lo repiten todo el tiempo. Cuidado con las profecías, porque de tanto citarlas pueden llegar a cumplirse. A los votantes no les interesa el porvenir de los partidos políticos, sino lo que pueden hacer por ellos si llegan a gobernar.
¿Superará el nuevo PP su condición de bisagra amable? Es el reto que se plantea Manuel Domínguez, nuevo líder de los conservadores en las Islas, pero combate con unos precedentes poco esperanzadores. El único líder del PP canario que de verdad creyó en ganar las elecciones y ser presidente fue José Manuel Soria, allá por 2011. Pero en el premio tuvo la penitencia: ganó holgadamente los comicios pero se fue a la oposición por el pacto entre CC y el PSOE, que mantuvo en la presidencia a Paulino Rivero. El objetivo razonable de Domínguez es superar a CC en votos y, esto es muy complicado, también en escaños, para situarse en posición preferente ante unos posibles acuerdos posteriores. Necesitará algo más de nervio político y también que las expectativas electorales del PP a nivel general estén en registros máximos en mayo próximo. Algo que tampoco será fácil.
¿Qué pasará en esa izquierda? Es, como decía Joe Pesci en la película JFK, “un misterio envuelto en un acertijo rodeado de un enigma”. La mera relación de posibles marcas electorales a la izquierda del PSOE ante los comicios de mayo próximo invita a la autodestrucción: Podemos, Sí se puede, Izquierda Unida, Más País, el Proyecto Drago de Alberto Rodríguez, la plataforma Sumar de Yolanda Díaz... Es una auténtica sopa de letras con muy inciertas posibilidades de confluencia a estas alturas. Es una ecuación sencilla de formular: si van juntos y son capaces de articular el discurso social y ecologista que sin duda existe en la sociedad canaria, tienen opciones de mantener su representación. De lo contrario les espera un desierto de oposición muy minoritaria y reproches mutuos.
¿Y qué pasará con Nueva Canarias? El de los nacionalistas de izquierda es justo el problema contrario: se sabe quiénes son, gente muy correosa y disciplinada. Pero también se sabe que son pocos y que sus opciones de crecimiento en el territorio de las Islas están limitadas.
¿Existe Vox en Canarias? Existe, porque tiene dos diputados (invisibles, pero existen) en el Congreso de los Diputados, uno por cada provincia. El partido de derecha radical comienza ahora a anunciar algunas candidaturas en instituciones en las Islas, aunque su presencia en el tejido social isleño es nula. Y no se puede armar un proyecto político solo con proclamas patrióticas orquestadas desde esa burbuja llamada Madrid. Su presencia en el próximo Parlamento es dudosa y, de producirse, sería paradójicamente una mala noticia para el Partido Popular y pésima para Coalición Canaria, porque el encaje de una mayoría alternativa a la que liderará Ángel Víctor Torres sería muy complicada.
Bonus Track 1: ¿qué hará Casimiro Curbelo? Nadie lo sabe, salvo él. Tendrá tres diputados, quizá cuatro por esa peculiar alianza con la escisión insularista herreña, y los sabrá rentabilizar. Si eso es una buena noticia para Canarias o lo contrario ya es otra cuestión.
Bonus Track 2: ¿qué pasará en La Palma? Nadie lo sabe, ni los palmeros, tanto candidatos como votantes. Las consecuencias políticas del volcán y la gestión de la catástrofe son imprevisibles.
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