Mägo de Oz multiplica el público del FEM hasta las cerca de 5.000 personas
Natty Jean, Ghetto Kumbé, Sirinoque Folk y Kyekyeku & Ghanalogue Highlife completaron la segunda noche del festival majorero
Hay fórmulas que no se agotan con el paso de los años. Mucho menos aquellas que son capaces de reinventar un estilo como el rock, haciendo de la fusión una virtud. Ese es el caso de Mägo de Oz, que treinta años después de su estreno, siguen siendo los estandartes de una forma de entender el hard rock completamente personal, inimitable, intransferible.
El aderezo folk, celta y gótico a su poderío metalero sigue captando la atención de nuevos públicos, que se unen a aquellos que en su momento sucumbieron a su fusión de géneros inverosímiles. Y el sábado, el Festival Fuerteventura en Música fue testigo del fenómeno, congregando en la Playa de la Concha a unas 5.000 personas entre los que había, en primera fila y desde primera hora de la tarde, rostros imberbes y cabelleras canosas a partes iguales. No defraudaron en su concierto, el más esperado de la noche, repasando durante más de una hora y media, lo mejor de su repertorio.
La 15 edición del FEM 2019 se cerró además con las actuaciones de Sirinoque Folk, Kyekyeku & Ghanalogue Highlife, Natty Jean y Guetto Kumbé, en una noche ecléctica en la que predominaron los sonidos folks y en el que hubo además una notable presencia de la música procedente de África. Un año en el que además recordaremos las buenas sensaciones que nos dejaron en la primera jornada los majoreros Chocolate Sexy y el combo británico London Afrobeat Collective.
Con Mägo de Oz apenas hay espacio para la sorpresa. Es un grupo rodado, con una trayectoria que se refleja en los más de 25 discos que han publicado, de los que han vendido la friolera de dos millones de ejemplares, fundamentalmente en España y en Latinoamérica. En su repertorio hay cabida para los nuevos temas de su disco más reciente, Ira Dei, que en estos conciertos se someten al juicio soberano de su público, de ellos y de su respuesta dependerá que en próximas giras aparezcan de nuevo (o no) en su setlist. Pero lo que predomina es la presencia de sus temas más clásicos, aquellos que han forjado su carrera y su leyenda. Y todos esos temas (algún fan echará en falta su prefereido, son cosas que tampoco cambian) sonaron en su concierto de la Playa de la Concha, para regocijo de sus fieles.
El resto de la noche nos ofreció el magnífico concierto de Natty Jean, una banda con base en Francia (Burdeos fundamentalmente) liderada por Jeal Paul Papa Lamine, cantante senegalés con voz poderosa y que le imprime al proyecto un toque de música tribal que le hace completamente diferente, original, distinto al reggae que regularmente se hace en Europa o Estados Unidos. El resto de la banda, todos integrantes (salvo el guitarrista) de otra gran banda francesa del género, Danakil, le dan cuerpo al sonido, con numerosos efectos y loops lanzados desde la batería, el bajo o los teclados, creando una suerte de dub que alcanzó con los subgraves el palpitar del público. Una grata sorpresa y un magnífico directo el que pudimos disfrutar.
Ghetto Kumbé cerró la noche con su cumbia digital. Proyecto a priori con muchas raíces colombianas, no en vano esa es su procedencia, se centra mucho más en otros ritmos más tribales, que entroncan directamente con África y sus compases marcados por las percusiones y las voces corales. La electrónica lo ocupa casi todo, es el centro del proyecto, pero esa manera de acoplar lo más orgánico de la música, lo más ancestral, las voces y la percusión, con lo loops y las bases pregrabadas, logran un efecto casi tántrico, mágico, cargado también de cierta psicodelia. Un viaje desde el Caribe y la América andina de regreso a las raíces que parten de Níger y Mali. Una gozada.
Abrieron el día Sirinoque Folk, banda local que apuesta por enfrentar lo propio, la raíz de la música popular canaria, con otras sonoridades, fundamentalmente con aquellas que llegan desde las islas del norte de Europa, las que utilizan gaitas y flautas en lugar de tambores herreños y timples. La batuta la lleva otro instrumento poco habitual en nuestro folclore, el acordeón, lo que le da también otro aire al grupo.
Kyekyeku & Ghanalogue Highlife, ganadores del Vis a Vis que celebra cada año Casa África en un país africano (este año se celebró en Ghana), exhibieron lo mejor de su blues popular, el Palmwine, con una fuerte base afrobeat pero que también se asocia con géneros tan familiares para nosotros como la rumba e incluso ciertos aires flamencos. Su directo es intenso, muy certero, con un ritmo que prácticamente se mantiene fijo de principio a fin. Un interesante concierto de una banda joven a la que habrá que seguir.
Con estos cinco conciertos y la selección musical en los entretiempos, al principio y al final de Dj Benas aka Míster Tropical, el FEM2019, festival organizado por el Cabildo de Fuerteventura, cerró una edición con la mejor de las noticias: su público sigue siendo fiel y crece con la incorporación al cartel de artistas que aportan, con sus nuevos retos musicales, un nuevo perfil de asistentes. Que sea por mucho tiempo.
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