“Si seguimos con esta mentalidad, la avutarda se extinguirá en Fuerteventura”
Activista por genética, la periodista Sofía Menéndez ha recibido el premio Aloe de la Cámara de Comercio por su programa ‘Del jable al malpey’, que lleva en antena 16 años. La también militante en el grupo ecologista Agonane se muestra preocupada por el futuro de Fuerteventura “si seguimos priorizando el dinero sobre el ecosistema”, en alusión a la explotación de los recursos naturales para el turismo o, recientemente, los rodajes de cine y las excursiones de quads.
- Ya ha recibido importantes galardones por su trayectoria periodística, siempre en temas ambientales y sociales, como el Premio Nacional de Biodiversidad o el de Comunicación de la isla de El Hierro, creado en honor de José Padrón Machín. ¿Le hace ilusión que reconozcan ahora el trabajo que realiza en la isla en la que reside desde 1993?
- Por supuesto. El de El Hierro también me hizo mucha ilusión. Sobre el premio Aloe, en realidad se otorga a empresas que llevan a cabo proyectos ambientales y, en este sentido, se han fijado en Radio Sintonía, que emite el programa ‘Del jable al malpey’. Comenzamos en una fecha muy marcada, el 11-S (11 de septiembre de 2001, día de los atentados yihadistas en Estados Unidos) y tengo que agradecer al director de la emisora, Santiago Travieso, que lo haya mantenido todo este tiempo y, además, sin ninguna cortapisa. También a Marusa Hernández, un icono de la radio majorera, copresentadora del programa, que aporta su preciosa voz y cercanía con los oyentes. Hay que decir que, a pesar de llevar 16 años en antena, ‘Del jable’ sigue siendo el único espacio radiofónico de Canarias dedicado a la concienciación y educación ambiental y el nombre hace alusión a los distintos ecosistemas de la isla.
- Su currículum es un paseo por las principales cabeceras de la prensa escrita nacional de los ochenta y noventa: ‘Ya’, ‘Diario16’, ‘El Independiente’ y, una vez afincada en la isla, ‘El País’. También participó en programas de Televisión Española como ‘Fases’. ¿Qué etapa recuerda especialmente?
- Siempre he dicho que fue un honor participar del proyecto de ‘El Independiente’, un periódico que duró pocos años, hasta 1992, justo cuando empezaba a hacer pupa a ‘El País’, entonces el diario de mayor tirada. El cierre fue un poco traumático para todos. Recuerdo que colaboraban firmas tan dispares como Antonio Gala, Camilo José Cela o El Roto, que entonces firmaba también como Jonás en el suplemento ‘Planeta Tierra’, que yo coordinaba, el primero de temática ecológica en un periódico de tirada nacional hasta entonces. Aquellos años fueron muy bonitos para el periodismo, se hacía mucha investigación, la prensa escrita se leía bastante y las informaciones tenían mucha repercusión. Por ejemplo, desde ‘El Independiente’ se asumió la cobertura de la campaña contra el que iba a ser un campo de tiro en Cabañeros (Ciudad Real), hoy convertido en Parque Nacional. Evitar aquello fue posible gracias a la lucha de científicos y políticos honrados que se opusieron al campo.
“El fiscal antimafia de Italia lo dice claro: ‘las mafias italianas están muy infiltradas en España’. Que vayan mirando en Corralejo”
- También en Fuerteventura ha tenido terreno abonado para librar batallas por el medio ambiente.
- Cuando vine por primera vez, en 1993, participaba en una campaña para la reintroducción de la foca monje en Lobos con la asociación Isifer. Este animal, que fue habitual en toda la costa Oeste de Fuerteventura, y que de hecho da nombre al islote, estaba en la lista de las diez especies con mayor riesgo de extinción del mundo. Se quería habilitar en Lobos un punto geográfico intermedio de poblaciones de leones marinos, de los que ya solo quedaban algunos ejemplares en Islas Desertas en Madeira (Portugal) y Cabo Blanco, en Mauritania. Sin embargo, en este último lugar la población se vino abajo por un bloom de algas tóxicas y se perdieron muchos ejemplares, por lo que no fue posible la reintroducción en Lobos. Después, y como es bastante sabido, las luchas han sido muchísimas, desde la urbanización de El Cotillo, que nunca se llegó a construir, hasta el monumento en Tindaya de Chillida. En el caso de El Cotillo, el plan contemplaba cinco hoteles de lujo y un campo de golf que afectaba a una zona ZEPA de protección de aves. Ahora queda como vestigio de aquel despropósito la llamada calle de la vergüenza. Aquello se paró porque entonces a la Unión Europea se le hacía caso.
- Pues en Lanzarote no se le ha hecho mucho caso en las denuncias ambientales.
- Parece que hay un imán para atraer actuaciones que casi rozan lo mafioso. ¿Cómo se entiende que entre el Canal de Isabel II de Madrid en la empresa de aguas de Lanzarote? ¿O que hubiera toda una trama político empresarial de Salou (Tarragona) detrás del proyecto de El Cotillo? ¿O que se levantara la urbanización de Majanicho, aunque fue anulada en el Supremo, con el visto bueno de Ayuntamiento y Cabildo? Ahora tenemos otra batalla y lo dice muy clarito el fiscal antimafia de Italia: “Las mafias italianas están muy infiltradas en España”. Que vayan mirando en Corralejo.
“En mi opinión, Chillida fue manipulado, en un estado ya de bastante deterioro cognitivo por su enfermedad”
- ¿Cómo vivió la contestación social a la propuesta de Chillida en Tindaya?
- Le hicimos una entrevista que se llegó a emitir en radio en plena polémica, en la que el artista verbalizaba completamente convencido que no movería una piedra si un solo majorero rechazaba su proyecto. Claro, que también decía que los ecologistas le ofrecían una montaña negra (Bermeja) y él solo quería una montaña blanca (Tindaya) y que se sentía conectado de una manera especial con los podomorfos, que eran muy parecidos a su firma. En mi opinión, este hombre fue manipulado, en un estado ya de bastante deterioro cognitivo por su enfermedad.
- ¿Es partidaria de explotar las posibilidades paisajísticas en el mundo del cine?
- Aquí el problema es dónde se da permisos de rodaje, en núcleos donde hay presencia de avutarda, ave en peligro de extinción que está ahora criando a sus pollos. Los grandes rodajes quieren los parajes más vírgenes del sur y del norte, algunos ZEPA, que ya están muy amenazadas por la presencia de vehículos quads y boogies. Si quiere mi opinión, si seguimos con esta mentalidad, la avutarda se extinguirá como el futuro de la vida en Fuerteventura. Hay quien se cree que el cambio climático no va a cambiar nada, que el repunte turístico no acabará nunca, cuando tenemos literalmente a los turistas prestados de destinos conflictivos. Terminaremos extinguidos.
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