0 COMENTARIOS 21/10/2024 - 08:49

Con el traslado de la protestas de las capitales a los núcleos turísticos, parece que se sacrifica lo real por lo simbólico. Las reivindicaciones son las mismas, se hagan donde se hagan, aunque tradicionalmente se dirigen a que las vean y escuchen aquellos que tienen capacidad de cambiar la situación. En las zonas turísticas, principalmente, hay trabajadores y turistas.

Los motivos siguen vigentes. Más aún cuando se reconoce que las protestas del 20 de abril han sido totalmente ignoradas. Es casi imposible, en ese sentido, no comparar la primera movilización con la segunda. Y la comparación es cuantitativa. No se entiende bien una nueva convocatoria si no está garantizada una afluencia mayor. La capacidad de movilización ya estaba demostrada.

Si las reivindicaciones han sido ignoradas, no es por falta de movilización o de legitimación de la protesta. Así que habrá que buscar otras vías de presión que permitan que esas reivindicaciones permanezcan de manera constante en el debate político y mediático.

La concreción, por otra parte, es esencial. El cambio de modelo necesita de muchos otros cambios por el camino, pero no todos operan en el mismo ámbito ni tienen la misma urgencia. Cuanto más se afine en el objetivo, no sólo será más fácil de lograr sino que también será más fácil alejar la interpretación de que se trata de un movimiento contra el turismo.

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