Huevos de cobre
Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. El canario no sabía que vivía en el paraíso hasta que empezó a salir y vio que lo que tenemos bajo nuestros pies está a la altura de esos paisajes de ensueño que imaginamos cuando pensamos en el lugar prometido por los dioses.
¿Exagero? No lo creo. Un archipiélago donde puedes tener tanto bosques de laurisilva como llanuras desérticas, un pico de más de tres kilómetros de altura, fondos marinos repletos de diversidad, volcanes en erupción, olas perfectas, tiempo idílico todo el año, pueblitos con identidad propia, ciudades cosmopolitas, una historia llena de sincretismos y encima gente acogedora… Es para mantenerlo en secreto durante siglos, más que ofrecerlo en bandeja de plástico a los mercados turísticos mundiales.
Es una gran estupidez de nuestra parte haber rebasado los límites del buen vivir para seguir entregando nuestra tierra madre a los buitres que pretenden prostituirla. Sí, una soberana estupidez la nuestra, la de los canarios. Canarias se merece un pueblo a su altura, que la defienda y la quiera por encima de la propia existencia, poniendo la vista en el futuro, en el de nuestros hijos, ya que tuvieron la suerte de nacer aquí.
No debemos echar la culpa a nadie más que a nosotros. Como en una familia donde la oveja negra engaña a los otros hermanos para quedarse con la herencia sin siquiera cuidar de sus padres, la clase política que nos ha dirigido hasta hoy ha querido siempre sacar provecho para beneficio propio. Sin un enfoque justo, prudente, eficiente o benévolo para el bien colectivo, sin inteligencia, sin comparar ni querer aprender de otros territorios.
Parece que oigo al diablillo en la oreja derecha decirles: "la cortamos en cachitos y la vendemos. Listo." Ese es el plan que tienen, y caerá tarde o temprano todo el peso de la justicia divina sobre ellos. Porque, yo pienso, esta gente, cuando lo venda todo, ¿para qué quiere el dinero? ¿Adónde se van a ir a vivir cuando esto sea inhabitable? ¿Cuál es ese sitio mejor que este tal y como lo conocíamos hasta hace poco? Es que hay que ser muy tonto para perder lo mejor que teníamos. Y cualquiera que viviera aquí en los 90 y en las primeras décadas de este milenio me dará la razón. Ahora solo piensan que aquí se vive bien quienes no la habían habitado antes. Claro, en el resto del mundo no se está mejor que aquí.
Que no se me entienda mal, que es muy fácil ir del blanco al negro y para los matices no hay tiempo, bla bla bla. No hablo de cerrar puertas, hablo de gestionar con sentido común. De hacer números y poner límites. Hablo de razonar. Y cuando no se pueda construir más, cuando no se puedan dar más licencias turísticas, cuando ya no dé el territorio para implantar renovables, cuando los motores ya no generen luz para tanta gente, cuando los cortes de agua sean constantes, cuando los hospitales y los colegios no tengan suficiente personal, cuando haya que seguir ensanchando las carreteras: STOP. Si hacemos números, resulta que ese momento ya pasó. Hay que parar ya y hasta encogernos un poco, quitarse el miedo a decrecer, porque decrecer genera toda una economía nueva donde la reparación, los cuidados o el trabajo manual y personalizado vuelve a estar en el mercado, generando un sinfín de puestos laborales.
Esto es una realidad inevitable que cada vez más gente conoce. Se huele un despertar de la gente canaria. No solo de los que hemos sufrido el declive todos estos años in situ. También, esos jóvenes que han emigrado por deseo o necesidad y han visto cómo puede funcionar una sociedad con un poco de cabeza, ahora han vuelto y no tienen nada que perder y sí mucho que ganar. La sociedad canaria se está organizando porque somos conscientes de que podemos poner toda nuestra fuerza en trabajar juntos para salvar nuestra tierra. Hay quien no confía en la política y se organiza desde fuera, y otros que vemos que la vía más rápida y democrática para cambiar la normativa que regula nuestras vidas es organizarnos como partido y presentarnos a unas elecciones.
En Drago hacemos política de una forma muy objetiva y generosa. Convocamos a la gente a escuchar a otra gente que ha librado las batallas que ahora son las nuestras para aprender unos de otros. No cerramos las puertas a los afiliados de nuestro partido, sino que ponemos la información a disposición de todos incluso subiéndola a nuestras redes para que la puedan consultar cuando les convenga. Por eso, cada vez hay más personas que se animan a bregar por Canarias junto a nosotros.
Vamos a por todas, a por una Canarias más justa con el pueblo canario, teniendo en cuenta cuál es nuestro lugar en el mundo. Aviones, barcos, el transporte de una mercancía que viene de muy lejos y la gestión de los residuos producidos por ese consumo desbocado hacen de nuestro Jardín de las Delicias un cáncer para la Tierra. Pero, afortunadamente, la gallina de los huevos de oro tiene los días contados, ya que el turismo quedará solo para los ricos, según vaticinan quienes se dedican al análisis de cifras. Se abrirá otro periodo de crisis profunda que beneficiará a quienes queremos que este frenesí baje revoluciones, pero muchos otros que han venido a vivir de los últimos coletazos de la industria turística, tendrán que buscarse la vida. La historia cíclica del ser humano.
* Portavoz de Drago Canarias en Fuerteventura
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