El pasado 23 de septiembre unas 15.000 personas salieron a las calles de Puerto del Rosario para reclamar mejoras sanitarias en la Isla. Un mes después, los convocantes de aquella manifestación, la ‘Plataforma por una Sanidad Digna en Fuerteventura Ya’, se sienten “engañados, impotentes y enfadados”. En definitiva, con la sensación de que “no se ha hecho nada” para mejorar históricas reclamaciones como las listas de espera, un segundo oncólogo o una unidad de radioterapia.

El 10 de agosto Jacqueline Montero y Julio Vila, dos enfermos de cáncer, se plantaron delante del Hospital de Fuerteventura y comenzaron una protesta tras la renuncia de la única oncóloga del centro a mediados de julio. A partir de ahí, se sucedieron movilizaciones semanales, fuegos cruzados entre grupos políticos, declaraciones del consejero de Sanidad, Jesús Morera, que no solían coincidir con las que los majoreros llevan 20 años esperando oír y una gran manifestación que hacía presagiar que algo empezaba a cambiar en la sanidad majorera.

Entre las reclamaciones de los convocantes, tomó fuerza la necesidad de que Fuerteventura contara con dos especialistas en Oncología fijos. La renuncia de la única oncóloga había obligado a Sanidad a desplazar dos veces por semana a un profesional del Hospital Doctor Negrín a la isla. Finalmente, la Consejería terminó acallando las críticas con el nombramiento de un nuevo oncólogo.

Izaskun Núñez, una de las cabezas visibles de la plataforma, asegura que a día de hoy se sigue con un único oncólogo y sin que se sepa cuánto tiempo seguirá en la isla. Mientras tanto, Sanidad ya ha avisado que habrá que esperar hasta principios de 2017 para ocupar la plaza del segundo especialista.

La incertidumbre de los pacientes volvió a tomar fuerza a principios de octubre con el anuncio de que el oncólogo se iba de vacaciones. El temor de los enfermos a verse de nuevo sin un profesional oncológico en la Isla se solucionó por parte de Sanidad enviando dos veces por semana a otro especialista desde Gran Canaria. Esta conocida activista, que ahora también lucha contra un cáncer, reconoce que “los pacientes de la Isla han estado atendidos en octubre”, pero insiste en que “un hospital no puede estar con un solo oncólogo y con sustituciones dos días por semana cuando sale de vacaciones”.

La Plataforma por una Sanidad Digna destaca que la manifestación del 23-S “valió la pena porque ese día Fuerteventura perdió el miedo a hablar”

Izaskun es la encargada de trasladar cómo se encuentran los miembros de la plataforma un mes después de que la marea por una sanidad digna saliera a la calle. “Creemos que no han cambiado muchas cosas, nos siguen engañando, y ocultando informaciones”, asegura y lamenta que “no se haya resuelto ninguno de los seis puntos que se pedían”.

Los miembros de la plataforma tomaron seis puntos como claves en sus reivindicaciones: un oncólogo fijo, una unidad de Oncología con dos oncólogos, un servicio de oncología radioterápica, mejorar y agilizar los trámites de traslados de enfermos y familiares a otras Islas, mayor comunicación y coordinación en la tramitación de los historiales médicos, entre los centros de Gran Canaria y Tenerife y el de Fuerteventura y agilizar esta documentación entre los centros de salud y el hospital majorero.

Unidad de radioterapia

De todos ellos, la necesidad de una unidad de radioterapia en Fuerteventura, ha sido, tal vez, la que más horas de debate ha ocupado en el Parlamento en las últimas semanas. El responsable regional de Sanidad no se ha mostrado partidario, hasta el momento, de instalar esta terapia en la isla, que evitaría los desplazamientos a Gran Canaria y Tenerife, amparándose en que sólo es recomendable en poblaciones de entre 170.000 y 200.000 habitantes. El pasado 21 de septiembre la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) denunciaba que enfermos de cáncer de ocho ciudades de provincia, Ceuta y Melilla y varias Islas de los archipiélagos de Baleares y Canarias, entre ellas Fuerteventura, tuvieran que recorrer un mínimo de 100 kilómetros diarios para recibir la radioterapia. La comunidad científica considera que la duración máxima del desplazamiento “puerta a puerta” debe ser de 45 minutos.

Hasta la Cámara regional se desplazaron los tres parlamentarios de CC el pasado 25 de octubre con una propuesta bajo el brazo: instalar una unidad de radioterapia satélite similar a la que ya funciona en Baleares para los enfermos de las islas de Menorca e Ibiza. La idea ya había sido lanzada días antes por el profesor de la Universidad de La Laguna, Antonio Cabrera de León, durante la charla “Cáncer en Canarias en el siglo XXI”.

Este servicio descentralizado, que atiende a más de 200 pacientes en Baleares, fue adjudicado a una unión temporal de empresas por un presupuesto de 13,6 millones de euros y por un plazo de siete años prorrogable a diez. La concesionaria aporta el equipo personal y sanitario. El sistema funciona dentro del propio hospital.

La propuesta no terminó de convencer a Jesús Morera quien sembró una serie de dudas durante su intervención en el Parlamento. El consejero afirmó que solo está funcionando en Ibiza y con un único oncólogo. Además, reconoció que no está claro que pueda llegar a hacerlo en Menorca, donde aún no han empezado las obras. Morera recurrió a informes del Ministerio de Sanidad para defender que “no es aconsejable” en poblaciones donde sea inferior el número a 150 enfermos por año y, por primera vez y tras años de peticiones por parte de asociaciones y partidos políticos, cifró en 35 el número de pacientes registrados en Fuerteventura en 2015. Aun así, terminó declarando que podría ser una alternativa, pero debía ser compartida entre Fuerteventura y Lanzarote.

La respuesta de Morera sentó como un jarro de agua fría a los miembros de la Plataforma Por una Sanidad Digna en Fuerteventura Ya que se han cansado de “oír hablar de ratios y no de personas”.

Izaskun y sus compañeros se siguen preguntando el motivo por el que “no podemos tener radioterapia en Fuerteventura. Los datos de ratio son reales, pero orientativos y pensados para un terreno peninsular y no insular” y añade que “aunque fuéramos solo diez enfermos tenemos el mismo derecho que 150”. Además, se muestra sorprendida de que después de años pidiendo el número de enfermos de cáncer que se desplazan a otras Islas ahora Sanidad dé la cifra de 35. “Yo digo que más porque además de los enfermos que vamos a otras Islas hay quienes se tratan en la Península y en privadas porque en Fuerteventura no existe un equipo como tiene que haber”, sostiene.

Izaskun piensa como muchos majoreros que “la enfermedad y la salud no es cuestión de ratios ni de economía” y sentencia que “un gobierno y los parlamentarios prioricen ratios y cuestiones económicas a la vida y la salud es para que dimitan todos”. También lamenta que en cuestiones de trámites tampoco se haya hecho nada. Los tres últimos puntos de las peticiones de los enfermos giraban en torno a mejorar los traslados de enfermos y familiares a otras Islas y mayor comunicación y coordinación en la tramitación de los historiales médicos entre los centros de otras islas y el majorero. Izaskun considera que de agosto a este tiempo “se podían haber agilizado estos trámites” y denuncia que “sigamos viajando a las islas con los informes en las manos”.

Los afectados estudian nuevas acciones

Izaskun Núñez presenta una radiografía sanitaria de la isla en la que nada parece haber cambiado. Reconoce que se ha presentado una moción en el Cabildo y unas Proposiciones No de Ley (PNL) en el Parlamento que “tampoco incluyen lo que pedimos. No es un estudio de viabilidad sino que se contemple en los presupuestos de 2017 la radioterapia porque si no habrá que esperar un año más”.

Desde la Plataforma solicitan a los siete parlamentarios majoreros que “hagan piña y presenten una PNL conjunta, pero resulta imposible”. Los diputados razonan que “lo importante es no presentarla juntos sino que la respalden el resto”. El argumento no convence a Izaskun, quien recuerda que si en El Hierro tres parlamentarios fueron capaces de bloquear los presupuestos “imagínate siete”. La Plataforma continuará con nuevas acciones y “dando guerra” hasta que se aprueben en el Parlamento los presupuestos regionales de 2017. Su intención es también dar a conocer la problemática sanitaria insular en otros lugares como la Península.

A pesar de haber conseguido escasos logros, la Plataforma por una Sanidad Digna en Fuerteventura Ya reconoce que la manifestación del 23-S “valió la pena porque ese día Fuerteventura perdió el miedo a hablar”.

Una historia de despropósitos

Izaskun Núñez pone como ejemplo su propia historia cargada de despropósitos, informes desaparecidos y largas esperas. Esta vasca, afincada en Fuerteventura desde 1995, fue diagnosticada de un papiloma humano el 23 de junio de 2015 después de permanecer desde enero sometiéndose a pruebas, dolores e incertidumbre.

El 25 de septiembre le realizaron una conización aunque tuvo que esperar hasta el 4 de diciembre para conocer los resultados de la biopsia. Los resultados de los análisis, que le diagnosticaron un cáncer de cérvix con vasos linfáticos invadidos, se habían perdido y no llegaron a manos de Ginecología del Hospital de Fuerteventura hasta diciembre a pesar de llevar impresos desde el 19 noviembre. El 17 de febrero le realizaron una histeresectomía radical por laparoscopia que se tradujo en ocho horas de intervención quirúrgica y seis días de ingreso hospitalario. A partir de ahí, siguieron continuos viajes a Gran Canaria para recibir 25 sesiones de radioterapia, cinco de quimioterapia y tres de braquiterapia.

A finales de septiembre una nueva prueba pone en aviso al oncólogo de una posible metástasis ósea. Le solicitan fecha para un tac preferente en Fuerteventura. Aunque se plantean más tarde realizarla en una clínica concertada en Gran Canaria al final terminan haciéndola en Fuerteventura. Izaskun sigue defendiendo que el problema sanitario en Fuerteventura es ajeno a los profesionales sanitarios de la Isla, a quienes defiende a capa y espada, y pone el foco en la mala gestión de los representantes políticos.