Alberto González Plasencia es licenciado en Ingeniería Técnica Agrícola por la Universidad de La Laguna y graduado en Enología por la Universidad de Córdoba. Cuenta con un bagaje de treinta años de experiencia en el sector vitivinícola, en los que ha impulsado diversas iniciativas que han supuesto un revulsivo en el cultivo de la vid y la producción de vino. Ha trabajado en diversas zonas vinícolas, dentro y fuera de Canarias, al frente de importantes bodegas en Fuerteventura, Lanzarote, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera -de donde es natural- o Ribeira Sacra. En la actualidad, se encuentra volcado en dos nuevos retos: retomar el proyecto enoturístico en su bodega Timanfaya en Lanzarote, con la que elaboró el primer tinto de la Isla, y la ampliación en Fuerteventura del sello Conatvs, propiedad de Pedro Antonio Martín Hernández. 

La bodega Conatvs, de la que Alberto González es su director técnico y enólogo, ha sido pionera en la recuperación de la viticultura en la Isla y la primera de Fuerteventura adscrita a una Denominación de Origen Protegida, en concreto a la DOP Islas Canarias. Se encuentra ahora inmersa en un proyecto de ampliación y desarrollo. Conatvs en latín significa “esfuerzo”. Este nombre es “una seña de identidad” para sus creadores, pero también “un reto”, el de recuperar la producción vitivinícola en la primera Isla donde se elaboró vino, según señalan los historiadores y se refleja en un escrito de Viera y Clavijo. El experto recuerda que cuando llegó a la Isla la producción prácticamente había desaparecido. “Muy poca gente había mantenido esa labor”.

Llegó a Fuerteventura para impartir unos cursos sobre vitivinicultura en los años 90. “Me encontré con muchas dificultades, sobre todo a nivel técnico. Se creía por ese entonces que  no se podía hacer vino en la isla, que no reunía las condiciones necesarias para retomar la viña”. Dice que fracasó en ese primer intento. En 2016 regresa a la Maxorata tras ser contratado por el Cabildo insular para retomar esa formación. “Empezaron a ir como 10 personas y acabaron más de 150”, recuerda.

“Estamos enseñando al mundo que sí se podía hacer vino en Fuerteventura”

Este encuentro propició un trabajo de investigación para localizar los orígenes de la viña en Fuerteventura. Empezaron a encontrar plantas de distintas variedades. Muchas eran ya conocidas. “Nuestro reto era encontrar algo que fuera único de Fuerteventura”. La búsqueda del tesoro dio sus frutos cuando en agosto de 2016, a raíz de las indicaciones de unos cazadores, se topan con tres plantas vivas en la zona de Betancuria. “Una de ellas era súper rara, de una hoja muy extraña. Me dije, o está enferma o esto es una planta que no conozco”, relata Alberto González.

Es entonces cuando deciden recurrir a la Universidad Rovira i Virgili para realizar el estudio genético de las parras encontradas. Fue así como apareció una planta única en el mundo, no catalogada en ningún archivo y bautizada después como la majorera. En la actualidad, existe un proyecto de recuperación de esta variedad autóctona dirigido por la Asociación de Viticultores de Fuerteventura Majuelo.

Impulso

Alberto González destaca el impulso de la viticultura en Fuerteventura en los últimos años, algo a lo que ha contribuido el proyecto que desarrolla en Conatvs. Con la responsabilidad de sacar adelante la primera bodega de Fuerteventura y con la intención además de que estuviera amparada en una denominación de origen como así ha ocurrido con el sello DOP Islas Canarias.

“Hemos abierto una puerta para poder tener vinos con denominación de origen, que es lo más importante en Fuerteventura. Y pienso que este es el camino a seguir en los próximos cinco o diez, cuando la Isla tenga su vino propio ya estandarizado”, señala el enólogo, que se congratula de los nuevos proyectos que se están llevando a cabo con distintas variedades e iniciativas. Un impulso en la viticultura que podría llevar a la Maxorata a optar a su propia denominación de origen, una vez que unifique “criterios” en la elaboración de vino y variedades.

“Conatvs es un proyecto apasionante porque ha supuesto la recuperación del viñedo, volver a plantar viñas que tenían ya casi 400 años”. Como la descubierta en Betancuria y apadrinada por la primera científica y profesional de la enología española, Isabel Mijares, a quien también le correspondió ser la madrina de la bodega de Lajares. Explica Alberto González que la experta quería apoyar este proyecto como “algo innovador”. El director técnico cree que es positivo que la comunidad científica respalde iniciativas como la de Conatvs, y lamenta que la enóloga no pueda estar presente en la “reinauguración” prevista para el próximo 9 de mayo, tras fallecer el año pasado.

Alberto González, director técnico y enólogo de Conatvs. Foto: Adriel Perdomo.

“Hemos abierto una puerta para poder tener vinos con denominación de origen”

Alberto González habla con entusiasmo del proyecto de ampliación y paisajístico que están llevando a cabo en Conatvs. Se trata de integrar un jameo en los terrenos donde se asienta la bodega, aunque el trabajo desempeñado en Lajares va más allá. “Creo que va a ser un proyecto pionero en todos los sentidos, en el cultivo de la viña, en cómo se está desarrollando y en las variedades. En poco tiempo, hemos conseguido premios impensables, hemos ganado grandes medallas en tintos, contra todo pronóstico. Había quienes nos decían que jamás en la vida podríamos hacer un tinto en Fuerteventura. También hemos triunfado en certámenes con los vinos blancos”, resalta.

Un camino que han seguido otros apasionados del vino en la Isla, como Miguel Cabrera con Bodega Gavias El Sordo, también integrada en la DOP Islas Canarias, y cuyos caldos se han hecho ya con varios premios. “Estamos enseñando al mundo que donde no se podía elaborar vino, pues mira, es que sí”, destaca en referencia a la recuperación de la viña en la Maxorata.