El objetivo cumplido de Alda: aprueba la oposición de fiscal
La joven majorera supera unas pruebas sobre 329 temas, con más de 3.600 aspirantes y tras un proceso con maratonianas jornadas de estudio: “Nunca dudé en seguir”
Hace una década, la majorera Alda Collazo Saavedra logró la mejor nota en la prueba de acceso a la universidad (PAU) de toda Canarias. Desde pequeña, Alda sintió atracción por el mundo de la Justicia y en aquel momento decía que su sueño era ser jueza. Hace unos días sacó adelante las durísimas oposiciones a las carreras judicial y fiscal, a las que concurrieron más de 3.600 aspirantes para 200 plazas. A la hora de elegir, la balanza se inclinó por convertirse en fiscal.
Tras el instituto, estudió el doble grado de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Complutense. El siguiente paso lo tenía claro: “Siempre quise opositar, ni siquiera pensé en la posibilidad de ejercer en el sector privado”. Algunos profesores la trataron de atraer, sin éxito, al ámbito de la docencia y le sugirieron que se quedara en la universidad haciendo el doctorado.
Cuando cursaba el último año de la carrera estalló la pandemia y las clases presenciales se suspendieron. “Me volví a Fuerteventura, a hacer los dos trabajos de fin de grado que me quedaban, y las prácticas”, explica la joven. “Tuve la enorme suerte de poder hacer las prácticas aquí, en despachos de abogados y en la Fiscalía, donde me enamoré de la figura del fiscal”, destaca.
Las oposiciones para juez y fiscal son las mismas: los aspirantes tienen que prepararse 329 temas. El primer filtro es un examen tipo test con 100 preguntas. Quienes pasen el corte son llamados al primer examen oral, en el Palacio de las Salesas de Madrid, sede del Tribunal Supremo. En esta prueba, “tienes que ‘cantar’ cinco temas en total”. La suerte juega su papel: hay cinco bolsas, con los temas de Derecho Constitucional, Civil o Penal. De cada bolsa se extrae una bola al azar. “Tienes 15 minutos para hacer el esquema y una hora para exponer lo que sabes de cada tema, dedicando más o menos el mismo tiempo a cada uno”, explica Alda.
Si el aspirante aprueba, se le convoca al tercer y último ejercicio, con temas distintos y con otras ramas del Derecho como el administrativo, el mercantil o el laboral, así como procesal. Quienes evalúan son habitualmente magistrados y fiscales del Supremo, abogados del Estado, profesores universitarios o juristas de reconocida trayectoria. El lunes 20 de octubre, Alda superó el reto, a la cuarta convocatoria. La siguiente etapa comienza el próximo enero, con seis meses de formación en el Centro de Estudios Jurídicos y otro semestre en prácticas, y, ya en enero de 2027, “tomaría posesión como fiscal de hecho y de derecho”.
Esfuerzo
El camino hasta superar las oposiciones ha sido exigente. “Estudiaba 10 horas al día, para un total de 60 a la semana, con el sábado libre, a no ser que hubiera algún evento familiar y la jornada de descanso la cambiaba por el domingo”, detalla Alda. Los jueves practicaba con sus preparadores: los fiscales Tomás y Rafael Fernández de Páiz, el primero afincado en Fuerteventura y especializado en Delitos Económicos, y el segundo en la Unidad de Apoyo de la Jefatura de la Fiscalía de Madrid.
“Mi vocación de siempre, desde chiquitita, es servir a los ciudadanos”
Alda ha tratado en el último año de “equilibrar la balanza”, sacar tiempo para dormir, estar con su familia y practicar natación una hora al día. “El día libre no te puedes desmadrar porque la jornada siguiente tienes que estudiar, cuando quedas te vas antes y tienes que renunciar, por ejemplo, a ir a un festival”, dice la joven.
“Al acercarse los exámenes ya me encerré, aumenté las horas de estudio a 12 o 13 diarias, me quité el día libre...”, admite Alda, que aun así respetaba los tiempos de descanso: “Al examen hay que llegar bien para darlo todo, porque hay que aguantar una hora ‘cantando’ y con actitud, que además de dominar los temas vean que puedes ser una potencial juez o fiscal”.
¿Hubo momentos de duda? “Nunca dudé en seguir porque sabía que, en algún momento, podía aprobar. He tenido el apoyo incondicional de mis padres, porque no podría sostenerme económicamente y estudiar, nunca me pusieron una fecha límite y además me han dado todo su cariño y respaldo emocional”.
Vocación
En breve, Alda va a poder desarrollar su “vocación de siempre, desde chiquitita”, de “servir a los ciudadanos”. De momento, su prioridad es “trabajar lo máximo posible, con responsabilidad y respeto a la profesión de fiscal”. El Ministerio Fiscal cuenta con áreas específicas como las de Medio Ambiente, Menores o Criminalidad Informática. Por ahora, la joven majorera no ha pensado en si se especializará en una parcela jurídica: “Asumiré lo que me vaya tocando”.
“En las prácticas que hice en la Isla me enamoré de la figura del fiscal”
Lo que sí tiene claro Alda es que, pese a que lo normal es que esté destinada durante un periodo determinado de años en otros partidos judiciales, al no poder elegir, en el futuro le gustaría regresar a la Isla: “Quiero vivir en Fuerteventura, es mi casa, mi tierra, y me encantaría trabajar aquí”.
Este mes de noviembre, Alda celebra su vigesimoctavo cumpleaños con la oposición aprobada como mejor regalo. ¿Cómo cree que ve la juventud el papel de la Fiscalía? “Hay un gran desconocimiento. Hay quien me ha preguntado que a qué se dedicaba un fiscal. En la propia carrera de Derecho no se explica con detalle su papel. En mi entorno me he ido encargando de plantar semillitas, de explicar cómo funciona el sistema judicial”, destaca.
De su acercamiento a la Justicia como estudiante, Alda resalta, “sobre todo, la predisposición que tienen jueces y fiscales por sacar el trabajo, por encima de la falta de medios y con independencia de las horas de más que le echen”. A partir de ahora, le tocará como fiscal poner su granito de arena para mejorar la calidad de la Justicia.

















Comentarios
1 Nicolas Mar, 11/11/2025 - 06:36
2 Norteño Dom, 16/11/2025 - 17:52
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