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El despertar de la conciencia ecologista colectiva en la Isla

La recién constituida plataforma SOS Fuerteventura responde a la llamada ciudadana sobre la situación de indefensión del territorio majorero

María José Lahora 7 COMENTARIOS 20/10/2022 - 07:25

La respuesta al clamor ciudadano sobre la situación de indefensión del entorno majorero fue el motor que llevó a un grupo de activistas a unirse en la nueva plataforma SOS Fuerteventura, desde donde han comprobado el despertar de una nueva conciencia ecologista.

Su presidenta, Ana Alonso, explica que la plataforma nace como respuesta a la desprotección constante desde las instituciones al medio ambiente, al patrimonio y a la idiosincrasia como pueblo. “En los últimos años múltiples son los ejemplos de agresiones al entorno que sólo en parte han podido ser defendidas y frenadas por la acción de la ciudadanía organizada”, dice.

SOS Fuerteventura se sustenta en una página de Facebook con la que la plataforma pretende “informar de las acciones a desarrollar y que, entre todos, podamos abarcar más campo de acción y elaborar las diferentes estrategias y acciones para frenar el constante deterioro al que está siendo sometida esta Isla. Este espacio es apolítico, y, aquí, la fuerza la tendrá la ciudadanía. Defender nuestra Isla es cosa de todos y todas”, añade Ana Alonso, cuyo lema personal es: “Para que el mal triunfe basta con que los buenos no hagan nada... una frase de Edmund Burke”.

Conscientes de que la unión hace la fuerza, activistas como Ana Alonso, Maika Valle, Luis del Pozo, Óscar Hernández o JF Olivares decidieron emprender un nuevo camino de forma conjunta con la creación de la plataforma ciudadana SOS Fuerteventura. De forma individual, sus integrantes ya han dado muestras de la defensa del territorio y del medio ambiente con la oposición al camping de El Cotillo, promovido por un empresario en la zona conocida como la Punta del Mallorquín, o la demanda de una planificación de las energías renovables ante la “proliferación descontrolada” de proyectos fotovoltaicos y eólicos, entre otros frentes.

El germen de este nuevo movimiento ecologista fue la creación de la plataforma ciudadana de Facebook SOS Tuineje Fuerteventura que en poco tiempo alcanzó los doscientos seguidores. A tenor del volumen de denuncias y la colaboración de la población, sus fundadores, entre ellos Maika Valle, comprobaron la necesidad de ampliar esta visión del activismo ecologista a toda la Isla con la puesta en activo de SOS Fuerteventura. “Hemos comprobado que la página ha logrado un gran alcance, que las historias se comparten y ese ha sido nuestro motor para constituirnos en asociación”, expone la activista.

Legalmente constituida recientemente, SOS Fuerteventura “quiere ser una plataforma de participación ciudadana”, señala Maika Valle, su vicepresidenta. Para ello van a desarrollar un programa de charlas al que esperan se sume la sociedad, sobre la fragilidad del territorio, la importancia del palmeral canario, el ecosistema marino, el patrimonio artístico y natural que está en riesgo, entre otros temas de debate.

Maika comenta la importancia de aprovechar que la conciencia ecologista ha vuelto a despertar en toda Canarias para evitar que vuelva al letargo como ocurrió tras la movilización contra las prospecciones petrolíferas. Temen que Fuerteventura siga el camino de otras islas como Gran Canaria donde se sigue adelante con el discutido proyecto de la central hidroeléctrica de Chira Soria, que se ha topado con la oposición de parte del movimiento ecologista y ciudadano con la intención de proteger el barranco de Arguineguín.

Junto a la desprotección del patrimonio natural y arquitectónico, SOS Fuerteventura muestra su preocupación por temas sociales, como el de los barrios. En Tuineje tiene como ejemplo el “abandono” sufrido por la barriada de Altavista, que “un grupo de gobierno tras otro” la ha dejado sin servicios básicos.

SOS Fuerteventura también advierte de la emergencia hídrica a la que se enfrenta la Isla cuyas consecuencias ya han padecido núcleos poblaciones como el de Costa Calma, donde sus vecinos estuvieron días enteros sin agua tras una avería en la canalización del suministro. A juicio de Maika Valle, la solución a los problemas medioambientales y sociales de la Isla es cuestión de “voluntad política”. “No puedes castigar a un pueblo por una rencilla entre un alcalde y un empresario”, señala en referencia a este último problema que tuvo que afrontar la población del sur de la Isla.

Para esta activista, “los gestores del patrimonio son los responsables de poner fin a la desprotección del patrimonio natural. Unos administradores que han optado por hacer la vista gorda frente al interés empresarial y económico sin tener en cuenta el daño medioambiental”.

Tampoco parece que la palabra “planificación” exista en muchos ayuntamientos ni en el Cabildo de Fuerteventura, añade Valle en referencia a la necesidad de que se establezca una ordenanza que guíe los proyectos de energías renovables en lugar de que “salpiquen” el territorio majorero sin un plan concreto.

“Voces dispersas”

Una de las características del movimiento ecologista actual en la Isla es la “dispersión”, más allá de que se encuentre aletargado, sostiene la representante de SOS Fuerteventura. “Somos voces aisladas”, señala Maika Valle en referencia al nutrido número de asociaciones y entidades que configuran el mapa asociativo de la Isla en materia de defensa medioambiental.

“Si no hay unión no hay solución. No es cuestión de ir todos bajo las mismas siglas si no queremos. Si cada uno de nosotros ponemos nuestro granito de arena podríamos conseguir mucho más de lo que estamos logrando. Si nos unimos todos y gritamos al unísono se nos escuchará mejor. Podemos hacer mucho más juntos que si vamos de forma aislada”, defiende la activista.

Maika Valle sospecha que el “afán de protagonismo” de las asociaciones es lo que está impidiendo esa suma de voluntades en la defensa del territorio y del paisaje de Fuerteventura. Al respecto, recuerda la gran movilización en contra las prospecciones petrolíferas en la que todas las asociaciones salieron a la calle en defensa de un único océano y bajo un mismo lema.

“Las actuaciones se detienen cuando somos muchos los que salimos a la calle. No solo los grupos ecologistas, sino la ciudadanía comprometida que no está representada bajo ninguna sigla. Hay que movilizar a la sociedad e incentivarla. Esa es nuestra prioridad, de ahí las charlas sobre patrimonio, suelo, fauna y flora”, dice.

El programa de SOS Fuerteventura para los próximos meses será llevar a cabo mesas informativas para entablar debate entre la sociedad sobre todos y cada uno de los aspectos que preocupan en la Isla para involucrar a la ciudadanía en la defensa de sus propios intereses.

Entre sus acciones también contemplan realizar propuestas a las instituciones aunque sin demasiadas esperanzas a tenor de la experiencia previa. Al respecto, Maika Valle recuerda que de forma individual dos de los integrantes de la plataforma, Luis del Pozo, y Óscar Hernández, ya presentaron “durante mucho tiempo” ante la administración alternativas sostenibles en materia de energías renovables que al final “quedaron en agua de borrajas”.

Otra de las razones que les ha llevado a organizarse como plataforma es la posibilidad de presentar alegaciones a los diversos proyectos que consideran que suponen un perjuicio para el medio ambiente majorero en todas y cada una las instituciones de la Isla.

Comentarios

Sr. Del Pozo: Me parece muy bien su ideología ecologista y comunista pero hombre haga el favor de retirar su vehículo (limusina) americana de la vía pública que está afeando la calle.
Venga a seguir tirando el dinero en subvenciones.
Ecologistas y defensores de què ???????? pues vaya un ejemplo, para hacerse una foto se tiene que subir a una escultura.
El cangrejo diciendo sandeces y comentarios de tasca de bar malo
Animo!! no hagan caso a los trolls y p'alante que hay mucho trabajo pendiente
Descojono
Estas asociaciones no sirven para nada, sólo quieren protagonismo, porque hablar y hablar y criticar a los ,que trabajan y hacen proyectos es fácil , es la tónica general de estos grupos protectores del patrimonio, que además de desconocer la normativa se llenan la boca diciendo que son los defensores del patrimonio cultural y natural y que ellos son los salvadores pero trabajar lo que es trabajar no lo hacen, sólo critican a la administración que es lo más fácil.

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