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El Cabildo baja el telón de la cultura presencial

Aunque el ‘semáforo verde’ de COVID permitía, hasta hace poco, actos con público en Fuerteventura, la Consejería de Cultura solo programa eventos en ‘streaming’

Foto: Carlos de Saá.
Lourdes Bermejo 6 COMENTARIOS 07/10/2020 - 07:32

Si la actividad cultural está siendo la gran damnificada de la pandemia, en Canarias la isla de Fuerteventura, a pesar de que gozó hasta la última semana de septiembre de una privilegiada situación por la contención de los contagios, ha corrido peor suerte que el resto de islas, incluso cuando tuvo el semáforo verde por el bajo número de casos de coronavinus.

Obviando los datos que situaban a la Isla por debajo de los 100 contagios acumulados en siete días por 100.000 habitantes (Gran Canaria sí ha tenido desde agosto el semáforo en rojo, lo que obliga a limitaciones extraordinarias de aforo), el Cabildo de Fuerteventura apostó por aplicar una serie de medidas restrictivas en actividades culturales y deportivas bajo el paraguas del Plan de Emergencias Insular (PEIN), que puso en marcha a principios de septiembre, y la Consejería de Cultura directamente ha bajado el telón de los espacios escénicos de su competencia, como el Palacio de Congresos y el auditorio de Puerto del Rosario. En su lugar, ha optado por la transmisión de eventos en streaming a través de Internet.

“Hubo que ceñirse al PEIN y todas sus medidas, y por eso optamos por seguir programando cultura, usando las tecnologías. Al principio del verano se pudieron combinar los actos presenciales con otros en streaming y, de hecho, se llegó a unos 150 artistas”, explica el consejero de Cultura del Cabildo majorero, Andrés Briansó. El responsable insular de Cultura asegura que la intención del departamento es “retomar la programación de actos presenciales, pero con todas las garantías sanitarias”. Asegura estar personalmente a favor del formato presencial, pero dice que fue imposible llevarlo a cabo, incluso con el semáforo en verde. “Es evidente que hay que buscar el equilibrio, pero la prioridad en esta situación es preservar la seguridad”, subraya.

La decisión de las autoridades majoreras no coincide con la de otras instituciones, incluso de islas que lideran el índice de contagios, como Gran Canaria. Sus teatros han reiniciado las programaciones y Guiniguada, Cuyás o Galdós ofrecen dos o tres funciones semanales, con aforo limitado. También en Tenerife se celebró en septiembre el festival internacional Mueca, de arte en la calle, que congregó en el Puerto de la Cruz a 8.000 personas en tres días.

Quizá por la comparación, la decisión del Cabildo majorero cayó como jarro de agua fría en el sector profesional y semiprofesional de la Isla, que aglutina, en el ámbito de las artes escénicas, a músicos, actores, artistas circenses, productores, técnicos de imagen, luz y sonido, atrezistas, estilistas, personal de sala o representantes, que piden medidas para evitar la debacle.

Entre los profesionales afectados hay opiniones para todos los gustos, desde el que dice “entender” la responsabilidad a la que se expone la administración insular, hasta el que se pregunta “por qué no se celebran los actos en espacios abiertos o en el propio Palacio de Congresos”, una magnífica dotación cultural y educativa, con una sala de conciertos de 1.261 butacas distribuida en dos plantas.

La resolución del Gobierno de Canarias del 28 de agosto es clara y establece solo para las zonas en semáforo rojo la prohibición de eventos y actos multitudinarios “aquellos de más de 10 personas”, aunque también deja puertas abiertas: “Se exceptúa la celebración de la actividad cultural ordinaria programada de carácter público”. Para llevarla a cabo se debería mantener, por ejemplo, “distancia de seguridad interpersonal”. La normativa canaria especifica, en la programación de eventos, “la obligatoriedad de contar con autorización de la Dirección del Servicio Canario de la Salud, previa evaluación del riesgo de contagio”.

En la “actividad cultural ordinaria” a celebrar en auditorios o teatros, se “podrá contar con una autorización única que se extienda a toda la programación a desarrollar en dicho espacio”. En definitiva, con la ley en la mano, Fuerteventura ha reunido las condiciones para programar eventos culturales, asegurando las condiciones de seguridad.

Incomprensión

“Sigo sin entender este cierre presencial cuando viajo cada día en unas líneas aéreas entre islas con las aeronaves llenas y sin un triste protocolo de administración de gel hidroalcohólico en la entrada y salida del avión”, se lamenta Sergio Falcón, de Producciones Zukoabega. En su opinión, la administración insular “está haciendo lo que puede para echar una mano con las emisiones en streaming, pero un teatro ofrece todas las posibilidades de control de aforo, de medidas profilácticas, uso de mascarillas... Lo de esta aplicación del PEIN del taponazo no se entiende, cuando además, el Palacio de Congresos puede albergar a 500 personas con todas las garantías”, explica. “Si en diciembre esto no se anima, habrá que ir pensando en cambiar de oficio”, admite.

Otro debate está en la diferencia entre asistir de público a un concierto o al teatro y verlo a través de la pantalla de un ordenador: “Yo mismo estuve en la actuación del mago Pau Segalés en Corralejo, primero entre bambalinas y luego lo vi en mi casa y no tiene nada que ver”, asegura Falcón. En una reciente entrevista, Jordi Galcerán, aclamado autor de la obra teatral El método Grönholm, aseguró: “El teatro digital no existe”.

Otro aspecto a tener en cuenta es la escasa audiencia que están cosechando los espectáculos en streaming, motivada, por una parte, por tratarse de una tecnología identificada con la franja de población más joven y, por otra, por el poco interés que suscita en la actual situación, cuando la población no está confinada. No es fácil que alguien se quede frente a una pantalla cuando no tiene que estar obligatoriamente en casa.

El pianista Domingo Saavedra, propietario también de una escuela de música que está empezando un curso atípico, asegura que las instituciones “están ayudando con las emisiones en streaming porque, ante este panorama, es lógico que haya miedo e incertidumbre”, explica. “Sin embargo, mucha gente ni siquiera se está enterando de estos eventos online”, asegura.

Y admite que el formato es muy frío: “Viví en primera persona la triste sensación de actuar en un espacio sin apenas público en el auditorio de Puerto del Rosario”, explica, en referencia al concierto de Son de aquí y de allá, de junio, con un aforo del 30 por ciento. Domingo propone impulsar el Palacio de Congresos, dándole uso “a través de concurso público”, dice, insistiendo en que “es necesario apoyar a los artistas locales, aunque no todo espectáculo es adecuado para ese espacio”.


Concierto con menos de 50 seguidores.

“Si en diciembre esto no se anima, habrá que ir pensando en cambiar de oficio”

Desde la Asociación Jóvenes Artistas Independientes (Ajai), su presidente, Alejandro Alonso, él mismo parte del gremio como técnico de sonido, cree que los músicos están siendo los grandes perjudicados. “En Fuerteventura constituyen buena parte del sector profesional, ya que hay bastante demanda en la hostelería o los hoteles, pero ahora está en horas bajas”, explica.

Ajai también se ha visto afectada en el capítulo de ayudas. La asociación organiza cada año en septiembre la cita Fuerteventura Reggae Festival, en La Oliva, “pero en esta ocasión, tanto el Cabildo como el ayuntamiento han bajado a la mitad la colaboración económica. Los conciertos se grabaron en septiembre y se emiten en octubre. “Si acaban con la cultura, los profesionales tampoco tendremos qué comer”, subraya.

El otro damnificado del apagón es el público. Lola Villacorta, profesora de Historia jubilada, es una cara conocida del ambiente cultural majorero, por lo que no es difícil deducir que está muy decepcionada con la decisión del Cabildo que tilda de “inaudita”: “A efectos prácticos, la Isla está paralizada culturalmente, cuando no debería ser así, teniendo una sala inmensa en el Palacio de Congresos que, si alguna vez ha tenido sentido, es precisamente ahora, ya que allí se podrían realizar con todas las garantías las presentaciones de libros, obras de teatro, música...”.

Lola dice no haber visto ni un solo acto programado por streaming porque acabó “harta” durante el estado de alarma y defiende la esencia presencial del hecho escénico. “Que se esté sustituyendo una representación en un teatro por un formato digital cuando no es necesario solo ocurre aquí”, sentencia, para arremeter contra la decisión, que califica de “una mezcla de vaguería y falta de sensibilidad con el hecho cultural”.

Otra visión

En el plano político, solo Coalición Canaria ha criticado la aplicación “desproporcionada” de medidas restrictivas para la cultura, que está “generando un grave perjuicio a cientos de profesionales y empresas de la Isla”. “Reclamamos la revisión del PEIN a partir del diálogo con el sector, coherencia en la aplicación de las normas y, sobre todo, justificación técnica sólida de cada medida”, señala el consejero Rayco de León.

“No parece razonable que, mientras en otras islas se están aplicando fórmulas para mantener programaciones culturales con todas las precauciones necesarias, en la Isla se haya optado por decretar un cierre radical”, añade.

“En Fuerteventura hay espacios, instalaciones y proyectos culturales que cumplen perfectamente con todos los condicionantes, cuando, además, en otras islas se desarrollan sin problemas”, sentencia.

Comentarios

El telón de la cultura en la isla bajó el día que este desgobierno insular, nombró a un go[...] como responsable de la cultura y las tradiciones Majoreras. Para música y bailes en streaming, ya están spotify y YouTube .
Los godos que vivimos aquí, pagamos nuestros impuestos y trabajamos igual que cualquier majorero. La cultura es más que la tradición de un lugar, es la tradición del ser humano y su arte. Menos mal que han hecho cosas para que las empresas locales tengan modo de tener un mínimo ingresos, que tranquilo, no enviarán el dinero a Panamá como canarios de pro como Soria.
Los godos que vivimos aquí, trabajamos tanto o más que los majoreros, pagamos los mismos impuestos y con nuestros trabajos cualificados mejoramos la sociedad local. El canario de pro Soria hacía lo mismo con el dinero en Panamá? La gente que nunca participa en actos culturales ahora los reclama?
La expresión en las islas de "godos" son para la gente que vienen de afuera a decirnos que con "nuestros trabajos cualificados mejoramos la sociedad local ".si para esa gente que sutilmente insultan, para el resto son de la península y no importa si tienen cargos políticos o no.
Eterno debate canario-godo que sólo refleja la falta de madurez de un pueblo,de un país.A mí me dan ganas de vomitar.Seguimos con la guerra civil,con los nacionalismos enalteciendo una falsa raza suprema,seguimos con la falta de Justicia y,por ende,nos cargamos la libertad. Sigamos así y pronto desapareceremos del mapa mundial y tan sólo seremos un trozo de tierra servil para los grandes naciones soberanas.
A ver cuantos majoreros trabajan en el hospital...aeropuerto...etc.

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