Ecologistas en Acción ha otorgado una bandera negra a Fuerteventura por “mala gestión” y ha puesto el foco en la “invasión” del dominio público marítimo terrestre en la playa de La Goleta de Corralejo, una zona ocupada por mesas y sillas de distintos bares.

La también conocida como playa del Waikiki se encuentra en un espacio “privilegiado”, incluido dentro de la Red Natura. Los ecologistas critican que el Ayuntamiento de La Oliva permita esta “invasión” de terrazas “por parte de toda una serie de poderosas familias que ocupan la playa”.

“A esto se suman vertidos de aguas residuales, puntuales pero cada vez más frecuentes, además de ruido, por culpa de la batalla de sonido” entre “los garitos” que han “destrozado la paz, haciendo imposible escuchar las olas y las aves”, señala Ecologistas en Acción.

“También se mantiene un año más la bandera negra en la isla de Fuerteventura en el complejo de los hoteles RIU en las Dunas de Corralejo”, destaca el informe de Ecologistas en Acción, que distingue a espacios de la costa española por episodios de mala gestión, como ha sido el caso de Corralejo, o por contaminación.

En el balance de Ecologistas en Acción se incide en que el presidente de la patronal turística Asofuer, Antonio Hormiga, “instaló en la playa, en servidumbre de protección, el bar la Galera en el complejo de apartamentos con el mismo nombre, incumpliendo el informe negativo de Costas”.

“Después ocupó la playa”, que es dominio público marítimo terrestre, “con mesas y sillas y aunque la Dirección de Costas ordenó su retirada, se negó a quitarlas”, añade el colectivo ecologista. “Entonces se precintó y aun así el empresario lo incumplió. Ahora la Fiscalía le pide cárcel y se le acusa de desobediencia. No obstante, las mesas y las sillas, así como la música exterior, continúan”.

"Negocio en dominio público"

Ecologistas en Acción destaca que Hormiga, “incluso, incrementó el negocio en dominio público marítimo terrestre”, pues “en la misma playa también adquirió un pequeño apartamento, que ha transformado en otro bar, el Sand Beach, alquilándolo a otro empresario”. Este bar, añade el informe, “ocupa totalmente la zona de dominio público” y “sus mesas y sillas se extienden casi hasta la orilla, según lleguen clientes”.

“La falta de infraestructura de esta vivienda supone que los desagües de baños y cocina revienten cada poco y las aguas negras se desbordan hasta la playa”, asegura la federación ecologista, que asegura que “el sonido del Sand Beach entra en conflicto con la música más tranquila del establecimiento de enfrente, el más antiguo y popular de la playa, el Waikiki, bar-restaurante de día y discoteca de noche”. “Los empresarios, familia de la actual alcaldesa [Pilar González y sobrinos del exalcalde [Domingo González Arroyo, llevan décadas ocupando el dominio público marítimo terrestre” y “se suman al desorden otros tres garitos en la zona”, recalca Ecologistas en Acción.

Línea de dominio público y la ocupación de la playa por mesas y sillas.

Investigación del Seprona

La federación ecologista recalca que además de estar enclavada en una Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), se encuentra también en un Lugar de Importancia Comunitaria. “En determinadas épocas, se puede observar en la orilla cómo se aparean los chuchos, una especie endémica canaria de pez manta, así como el angelote, una de las especies de tiburón atlántico en mayor peligro de extinción del planeta”, destaca.

“En la bahía todavía quedan aguas residuales en muchos puntos debido a las continuas roturas, como es el caso de la playa de La Goleta, y en medio de la bahía por los vertidos” de la estación depuradora, señala Ecologistas en Acción, que apunta que al cerrar su informe el Seprona de la Guardia Civil “se encontraba investigando estas aguas negras”.