Un grupo de organizaciones ecologistas, colectivos sociales y entidades científicas de Canarias ha denunciado este viernes el daño ambiental y los “impactos irreversibles” que supondrá la ampliación del puerto de Corralejo, una obra impulsada por el Gobierno canario.

Los ecologistas se han concentrado en Corralejo para anunciar el inicio de una campaña contra la ampliación del puerto de Corralejo promovida por la Consejería de Obras Públicas, Transportes y Vivienda del Gobierno de Canarias, según han informado los activistas en un comunicado.

Los representantes de estas entidades sociales consideran que la “megainfraestructura” proyectada por el Gobierno de Canarias en el litoral de Corralejo es “absolutamente desproporcionada, del todo innecesaria y con impactos irreversibles” en el entorno ambiental de la costa majorera y del Estrecho de la Bocaina.

A juicio de estas organizaciones, el Ejecutivo canario manifiesta una "incomprensible visión depredadora del territorio" por continuar desarrollando un modelo “obsoleto y rotundamente insostenible que debía haber sido desterrado hace décadas por los manifiestos e intolerables impactos ambientales que provoca en el medio ambiente de Canarias".

Los colectivos concentrados han acudido desde distintas islas para sumar fuerzas y experiencias de décadas de lucha ambiental y de investigaciones científicas vinculadas al medio marino.

La campaña impulsa ya adhesiones de organismos canarios y de toda España, pero también europeos y de otros países.

La representante de la ONG “Clean Ocean Project”, Alejandra Rodríguez, ha declarado que “la ampliación del puerto de Corralejo supone un impacto negativo a nivel social, cultural y económico pero, sobre todo, a nivel ambiental”.

“Dicho proyecto está ubicado en una zona que tiene todas las protecciones ambientales posibles europeas”, ha manifestado a lo que ha añadido que “este es el comienzo de una nueva lucha ambiental en Canarias”.

Por su parte, el portavoz de Ben Magec-Ecologistas en Acción, Eugenio Reyes, ha señalado que “no se puede hablar de emergencia climática y de necesidad de un cambio global en el modelo de desarrollo cuando en la práctica siguen fomentando la destrucción del medio ambiente con dinero público, no podemos permitirlo de ninguna manera”.

Natacha Aguilar, del Grupo de Biodiversidad, Ecología Marina y Conservación de la Universidad de La Laguna, ha manifestado hoy desde Tenerife su apoyo a los colectivos concentrados en Fuerteventura y su oposición a esta obra, expresando que “existen numerosos datos científicos que demuestran la importancia biológica de esta área marina”.

Es el área de mayor biodiversidad de algas y de botánica marina de todo el archipiélago, en la que se localizan muchas especies protegidas, algunas de ellas altamente amenazadas como el tiburón angelote.

Para esta científica, “las modelizaciones del estudio de impacto ambiental no contemplan los impactos de la obra en relación con el volumen de sedimentos y materiales de partículas finas con gran capacidad de dispersión por toda la zona, pudiendo afectar a las praderas marinas como los amenazados sebadales”.

Espacios protegidos

Para las organizaciones denunciantes, la construcción de este puerto generará impactos irreversibles en las dinámicas de corrientes de la región y en las playas de Corralejo, hecho inadmisible por tratarse de un espacio que cuenta con figuras de protección ambiental de Canarias, de España y de Europa.

Entre ellas, los Sebadales de Corralejo, el Parque Natural de Isla de Lobos y el Parque Natural de las Dunas de Corralejo, y entornos protegidos con normativas como Lugar de Interés Comunitario (LIC), Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), y Sitio de Interés Científico.

Los ecologistas creen que los impactos ambientales del puerto afectarán sin duda alguna y de manera irreversible a la biodiversidad marina y litoral de la zona incluyendo el impacto sobre el oleaje y, por consiguiente, a la actividad pesquera artesanal, a deportes como surf y similares, el submarinismo y a la actividad turística, ya que las playas del municipio podrían perder su arena.