-¿Cómo ha recibido la suspensión cautelar por parte del Tribunal Superior de Justicia de la autorización del Gobierno de Canarias para la reforma del Hotel Oliva Beach? Ahora el Ayuntamiento se queda con las manos atadas…

-A finales de septiembre o principios de octubre teníamos previsto analizar la concesión de la licencia municipal de obras del Oliva Beach, que necesitaba dos requisitos previos, principalmente: el informe del Órgano Ambiental del Cabildo, que llegó hace unos días y es favorable, y la autorización del Gobierno, que es la que ha suspendido el tribunal. Ahora el Ayuntamiento ya no puede dar la licencia porque falta uno de los requisitos y no podemos hacer nada. Estamos en contacto con el Gobierno de Canarias, con RIU y con los trabajadores y nos consta que se recurrirá esa suspensión judicial por varios motivos, entre ellos que el Gobierno central se está entrometiendo en una competencia ya delegada al Archipiélago.

-Estaba previsto que la cadena hotelera cerrase el Oliva Beach ahora en otoño para las reformas. ¿Teme que decidan hacerlo igualmente, con lo que implicaría para la plantilla?

-Como dice, la empresa pensaba cerrar a mediados de octubre durante varios meses para las obras y ya habían paralizado la venta de las habitaciones, que me han confirmado que han reanudado y que seguirán abiertos, lo cual es un alivio. Ha sido algo inesperado pero esperemos que prosperen los recursos contra la suspensión del permiso del Gobierno de Canarias.

“RIU ha reanudado la venta de habitaciones del Hotel Oliva Beach”

-La nueva consejera de Turismo, la majorera Jéssica de León, ha anunciado una nueva normativa para la vivienda vacacional y ha tachado de “preocupante” que en La Oliva el 30 por ciento de los inmuebles se destinen a esa modalidad. Usted, por razones profesionales, conoce bien el sector inmobiliario. ¿Qué puede hacer el Ayuntamiento frente al problema que existe de falta de vivienda asequible?

-La vivienda vacacional es un factor, al igual que hay otros, pero no es el problema. El marco legal favorece al inquilino frente al propietario en cuanto a impagos, por ejemplo, y el dueño se siente desprotegido. ¿Qué ha hecho? Optar por vender, sobre todo si ha tenido una mala experiencia de falta de pago y destrozos, o por dedicarla a vacacional. Dejarla vacía no es una opción porque existe el riesgo de que sea ocupada. Es un sector en el que se ve con claridad la ley de la oferta y la demanda. Con la pandemia nos situamos como un lugar muy atractivo para trabajadores europeos, porque tenemos seguridad, clima y una calidad de vida que no disfrutan en sus ciudades. Ha venido mucha gente a vivir o a pasar temporadas, y tienen más poder adquisitivo que la población local, con lo que los precios de mercado han ido subiendo. En ese sentido, estamos muriendo de éxito. Los residentes que trabajan en hostelería y turismo tienen por lo general sueldos que no superan los 1.500 euros. Antes de la crisis de 2008, cualquiera conseguía una hipoteca y se compraba una casa. Hoy es muy difícil que te lo puedas permitir y que puedas acceder a una vivienda, por lo que tienes que tratar de vivir de alquiler.

-Pero también resulta muy complejo conseguir un alquiler de larga temporada en el municipio, incluso para funcionarios de educación o sanidad…

-Es cierto que hay mucha más demanda que oferta. Mucha gente me pregunta por alquileres. Hace poco conseguí una vivienda de una habitación en El Cotillo por 1.250 euros, gastos aparte. Eso no es accesible para casi nadie. Desde el Ayuntamiento no tenemos competencias en vivienda, pero sí la responsabilidad, aunque hay que tener en cuenta que es un problema que no se va a solucionar del todo ni a corto plazo. La vivienda es, junto a la seguridad, probablemente el principal reto de La Oliva. Nuestra intención, y estamos en contacto con el Gobierno de Canarias, es facilitar en el municipio de La Oliva la construcción de vivienda social de alquiler accesible, a la que podría acceder la gran mayoría de la clase media y trabajadora del municipio. También estamos tratando de que se pueda gestionar que entren en el mercado edificios que están en manos de bancos. Hay uno con 100 viviendas, por ejemplo.

“Han venido muchos promotores interesándose por la situación de Atalaya Dorada”

-Hay quien ha definido Atalaya Dorada, la antigua urbanización de Fadesa, que no está recepcionada por el Ayuntamiento, casi como un territorio sin ley. ¿Qué soluciones tiene?

-No comparto lo que acaba de decir. Somos representantes de los vecinos del municipio y tenemos que velar por que todos tengan calidad de vida. Es cierto que al no estar recepcionada, el Ayuntamiento no puede, por ejemplo, recoger la basura dentro, pero sí lo hacemos cerca. Estamos tratando de buscar fórmulas. Han venido muchos promotores interesándose por la situación y le puedo asegurar que, desde el Ayuntamiento, vamos a hacer todo lo que legalmente sea posible para que la urbanización se finalice. En el plan de etapas, de lo primero que tenía que hacerse era un campo de golf. Estamos dispuestos a estudiar un cambio en cómo estaba planteado para facilitar que la urbanización se finalice, no para que venga un especulador, construya 100 casas, las venda, se marche y el problema continúe.

-En el pasado mandato, en el Ayuntamiento salió a relucir en varias ocasiones la situación de abandono del complejo Baku, que es una concesión de suelo público municipal. ¿Tiene arreglo?

-Espero que sí, pero es un tema muy complejo. El concesionario interpuso acciones legales contra el Ayuntamiento, al entender que no se le contestaba a solicitudes para reabrir instalaciones y actividades. Su versión es que eso le ha impedido tener ingresos y capacidad de cumplir con sus deberes, y solicita indemnización, daños y perjuicios, y lucro cesante. Puede ser un problema muy gordo para el Ayuntamiento. Se está analizando, a través de una comisión técnica y jurídica, si hay posibilidad de llegar a un acuerdo, aprovechando un plazo de dos meses que ha concedido el Juzgado para que las partes negocien. No es una cuestión política. Lo que está claro es que habría que tratar de resolver la situación porque es una de las imágenes de entrada a Corralejo.

“Corralejo necesita un puerto más atractivo, pero no con esa ampliación”

-¿Si depende del alcalde de La Oliva, se ejecutará la ampliación del muelle de Corralejo tal y como proyectó el Gobierno de Canarias, un diseño que ha generado rechazo social?

-Nací y crecí en Corralejo, vivo allí y quiero lo mejor para el municipio. Sé que es importante tener un puerto más atractivo, que además es el que mueve más pasajeros de Canarias, y estoy de acuerdo con intervenir, pero que no afecte tanto al entorno. Por eso, no estoy de acuerdo con el proyecto de ampliación que hay sobre la mesa. Los técnicos del Gobierno ya en su momento no nos resolvieron las dudas sobre cómo afectaría a las vistas a Lobos. Mucha población no comparte el proyecto y no puedo ir en contra de mi gente, estoy aquí porque me vota el pueblo.