Gustavo Astrada se acaba de convertir en presidente de la asociación Fuertegourmet, que agrupa a restaurantes y cocineros de la Isla. Entre los objetivos de esta nueva etapa destacan ampliar la formación para profesionales de cocina, fomentar la calidad, crear un sello distintivo para los locales asociados y una guía gastronómica en la Red.

En la actualidad, la asociación Fuertegourmet cuenta con 120 asociados y esperan seguir ampliando el número en un futuro. El nuevo presidente defiende la promoción de la gastronomía majorera y el uso de los productos kilómetro cero. “Pedimos a todos los restaurantes que incluyan en sus cartas varios productos locales, tenemos variedad y calidad, pero su comercialización todavía es muy precaria”, afirma el chef. Fuerteventura cuenta con panes artesanales, quesos, carne de cabra, pescado, frutas, hortalizas, gofio y productos de aloe vera, que todavía son muy desconocidos.

Los asociados de Fuertegourmet incluyen productos locales en sus diferentes elaboraciones. No obstante, a nivel general se da el problema de que no hay producción agrícola, ganadera y pesquera para la demanda actual de los restaurantes de la Isla. “Necesitamos abastecer nuestras cocinas de forma constante y no hay suficiente producto local”, señala Astrada. Además, reconoce que el precio de estos productos es un poco más elevado, pero se las arreglan “para que no revierta en una subida de precios en la carta”. A estos factores se une que “muchos productores artesanales y locales no emiten factura para no perder sus subvenciones, pero los restaurantes necesitan contabilizar y registrar toda la materia prima que entra en sus cocinas”.

La asociación apuesta también por impulsar la formación, trabajar con Hecansa, y crear una escuela de cocina en Fuerteventura para formar a los profesionales. “Hay muchas personas que trabajan como cocineros en los restaurantes pero no son profesionales y se necesita formación, para mejorar la calidad y los salarios”. Una profesión que acoge a personas de otros sectores, donde hay un gran intrusismo, por lo que se requiere formación y titulación. “Funciona muy bien la FP de Cocina y Restauración del IES Puerto, pero necesitamos más oferta formativa de calidad en Corralejo y en otros puntos de la Isla”, explica Astrada.

El chef también lucha para defender los derechos e intereses de los restaurantes y cocineros. “Creo que hay que dignificar el trabajo en cocina, para que acudir a una feria nacional o internacional representando a Fuerteventura no suponga la ruina para el cocinero, y que las instituciones ayuden a mantener viva la restauración de calidad, en vez de freírlos a impuestos e inspecciones, sobre todo cuando el restaurante está lleno y aparecen con la Policía Nacional. Siempre está todo en regla pero perdemos mucho tiempo y pedimos un poco de respeto hacia nuestro trabajo”, profundiza.

“En cocina se necesita formación, para mejorar la calidad y los salarios”

Gustavo Astrada anima a los cocineros y restaurantes a asociarse porque van a crear una guía gastronómica en su página web para informar a residentes y turistas sobre sus platos, la variada oferta majorera, la localización de los restaurantes y su calidad. “Por ejemplo, hay una milla gastronómica de oro en Villaverde,  se está creando una segunda en Lajares, hay muy buenos restaurantes en Puerto o Corralejo pero falta información”, señala. “Residentes y turistas quieren saber dónde pueden comer un buen pescado, carne o pasta y la guía es una herramienta esencial, que pueden ver en su móvil”, agrega.

Otro elemento fundamental para el chef es la unión y participación en ferias de gastronomía. “Aquí hay muy poca tradición de trabajar juntos para defender nuestros intereses y hay que fomentar todo eso, para crear un sector más fuerte y visible”. Por eso, la asociación anima a cocineros y empresarios de hostelería de Fuerteventura a sumarse como miembros activos para fortalecer la defensa de la gastronomía insular y el producto local. “Me preguntaba un chef si era más difícil conseguir una estrella Michelín o un asociado, y respondía que lo segundo, porque una estrella es el resultado de mucho trabajo, pero conseguir socios es casi imposible en Fuerteventura”, ironiza.

40 años en Corralejo

La historia del chef Gustavo Astrada es digna de una novela. Llegó a la Isla hace 40 años, cuando las calles del casco viejo de Corralejo eran de arena. “Desde niño, si sacaba buenas notas, me dejaban ayudar en el restaurante de mis padres en Córdoba (Argentina). Estudié Arquitectura, pero lo que deseaba era ser cocinero y vivir en una isla del Caribe”. Su hermano, también chef, vino a Gran Canaria y le animó a montar un restaurante juntos. “Pensé en Canarias, islas y buen clima, algo muy parecido a mi sueño. Incluso mejor, porque no hay monzones, lluvias, huracanes ni mosquitos como elefantes”.

Al llegar a Las Palmas, una gran ciudad, Gustavo se llevó un chasco por el tráfico y las distancias. “No era mi idea de isla. El restaurante funcionaba muy bien pero un día me hablaron de Fuerteventura, que no había nada, y quise venir a conocerla. Eran los años 80, llegó en barco a Puerto, le pareció feo y se llevó otra decepción. “Pensé en irme el mismo día, pero el siguiente barco era en una semana y me alquilé un coche. Cuando descubrí la carretera de las Dunas y Montaña Roja me enamoré del paisaje y del pueblo de Corralejo y aquí me quedé”. 

A Gustavo le gustaba surfear y descubrir las maravillosas playas majoreras. Ha pasado por varios restaurantes, pero en los últimos 20 años La Mamma se ha convertido en un símbolo de Corralejo: su pasta y su carne ya son míticas. “Tengo clientes fieles que acuden con la tercera generación, conozco lo que les gusta”, concluye. De momento, comparte jubilación con trabajo porque la cocina y el restaurante forman parte de su vida y su felicidad diaria.