El Cabildo de Fuerteventura, a través del Área de Medio Ambiente y Caza, que dirige Carlos Rodríguez, hace un llamamiento a turistas y residentes para disfrutar de este verano en Fuerteventura respetando y protegiendo las costas, playas, parques naturales y las especies endémicas que habitan en la isla.

Es importante que la población adopte unos hábitos de sostenibilidad para conservar el entorno en buen estado y reducir así la huella ecológica.

Las características geológicas, erosivas y ecosistémicas propias de la isla de Fuerteventura, la cual alberga una extensa superficie de zonas costeras, en las que existe una biodiversidad endémica única en el mundo, podrían verse afectadas desmesuradamente por los efectos del cambio climático.

Asimismo, la naturaleza de la Isla ofrece la oportunidad de disfrutar de una gran variedad de actividades durante el verano, como visitar el Parque Rural de Betancuria o el Parque Natural de Jandía.

Sin importar el lugar, es fundamental adoptar comportamientos ecológicos para evitar su deterioro como respetar las indicaciones y normativas de los espacios naturales, no arrojar residuos y evitar molestar a las especies autóctonas.

Algunas áreas albergan especies únicas de la isla, ya sea por su valor ambiental o histórico. Llevarse ejemplares de estos lugares puede afectar el equilibrio de dichos entornos. Además, se advierte del peligro que conllevan prácticas dañinas como el expolio de piedras, conchas y otros elementos del entorno como los rodolitos, que se han convertido en un contraproducente atractivo turístico en los últimos años.

Por otra parte, se les recuerda a todos los visitantes y residentes que es imprescindible no dejar basura en las playas, ya que la mayoría de los residuos acaban en el mar, causando daños irreparables.

Además, se hace hincapié en la importancia de reducir la cantidad de basura generada mediante la reutilización de bolsas de plástico tantas veces como sea posible.

Es fundamental tomar las precauciones necesarias con las colillas de cigarro para prevenir la contaminación en las playas. Es importante utilizar los ceniceros designados para su depósito, y si no se dispone de uno, guardarlas hasta encontrar un lugar adecuado para desecharlas.

Por último, respetar los caminos y senderos existentes en la isla. La circulación con vehículos en áreas vírgenes deja una marca que tarda décadas en desaparecer y abre un camino para que otros usuarios lo sigan. Al hacerlo, no solo se daña el paisaje, sino que también se perjudica a los animales y plantas silvestres que necesitan su espacio para vivir y reproducirse.

Es importante que se respeten los caminos y senderos ya establecidos, ya sea en vehículo, a pie o en bicicleta.

La Institución Insular y la Consejería de Medio Ambiente confían en la responsabilidad y compromiso de todos los ciudadanos, turistas y residentes para preservar la belleza natural de Fuerteventura garantizando que las generaciones futuras también puedan disfrutar de todo lo que esta isla tiene para ofrecer.

Los Espacios Naturales Protegidos y los espacios incluidos en la Red Natura 2000 presentes en Fuerteventura, constituyen figuras de protección enmarcadas en la legislación europea, estatal y autonómica, cuya finalidad es la de establecer el régimen jurídico de la conservación, uso sostenible, mejora y restauración del patrimonio natural y la biodiversidad.

Actualmente, se están tramitando alrededor de 150 expedientes sancionadores incoados previa denuncia de los agentes de la autoridad ambiental.

La mayoría por infracciones como el estacionamiento fuera de las pistas habilitadas en el Parque Natural de Corralejo y el de Jandía y por incumplimiento del régimen de visitas al Monumento Natural Montaña de Tindaya.

Además, desde el servicio se realiza un esfuerzo constante para culminar satisfactoriamente con la tramitación de las denuncias enviadas al extranjero.

Desde la Consejería de Medio Ambiente se hace un llamamiento a la población local y visitantes para que sean respetuosos con el cumplimiento de las normas de conservación y protección de los espacios naturales protegidos, mediante conductas cívicas que permitan el uso y disfrute responsable de todos y todas, advirtiendo que las citadas infracciones administrativas pueden ser objeto de una sanción pecuniaria de hasta 6.000 euros.