El pasado 28 de noviembre, el pleno del Cabildo majorero aprobó declarar de interés insular el proyecto Dreamland, un parque temático y cinematográfico a 400 metros de las dunas de Corralejo. Mientras, desde el patio de butacas del salón plenario, Aceysele Chacón y Lola González sacaban pecho para frenar lo que para muchos ya era el mayor atentado ambiental en Fuerteventura en décadas. Bregadas en el activismo social y cansadas de que su discurso quedara en un grito en medio del desierto, decidieron ir en listas con Drago Verdes Canarias. La opción se plantea como una alternativa para los descontentos con el rumbo que han tomado los partidos de la izquierda en la Isla.

Aceysele Chacón es la candidata de Drago Verdes Canarias al Parlamento y Lola González al Cabildo. A ellas se ha unido Álvaro Lorenzo, un profesor grancanario residente en Fuerteventura desde hace 20 años. Él es el candidato a la alcaldía de Puerto del Rosario, el único municipio de la Isla donde la formación ha presentado candidatura.

El teléfono de Aceysele y Lola ha sonado en varias elecciones para ofrecerles ir en listas electorales. La respuesta siempre ha sido la misma: no. Aseguran no haberse sentido identificadas con los partidos que se han sentado en los sillones de mando de la Isla. “Esta vez sí me he sentido identificada. Es un rayo de esperanza y un camino que queremos coger”, asegura Aceysele.

Lola llega a la política tras años de pancarta en colectivos como la coordinadora Montaña Tindaya o la plataforma vecinal para salvar la costa de Pájara. “Me decidí a dar el paso porque vi que había un grupo de gente que compartía mis mismos ideales y, sobre todo, viendo lo que se nos avecina con todos los planes de desarrollo urbanístico que se pretenden sacar adelante en la Isla”.

Pero ¿por qué deciden hacer política desde las filas de Drago Verdes Canarias? Álvaro se lanza a responder a la pregunta. “Somos personas de la comunidad civil que hemos visto en Drago Canarias la oportunidad de unirnos y de reivindicar ciertos aspectos que la política tradicional no hace”. Y añade Lola: “Drago Canarias nos permite no tener que posicionarnos con una u otra organización. Nos da la oportunidad de participar a nivel individual. Soy defensora de la democracia participativa y cada vez estoy más apartada de la democracia representativa. Creemos que el pueblo, además de tener el derecho al voto, debe tener derecho a manifestarse”.

Aceysele Chacón participó a mediados de marzo en un acto en Canarias de Sumar, la iniciativa electoral de la vicepresidenta del Gobierno central, Yolanda Díaz. Días después, Alberto Rodríguez la presentaba como candidata al Parlamento por Fuerteventura. De profesión traductora, lleva años vinculada al mundo cultural a través de la música. Mediante sonidos y letras pegados a la tierra, su música se ha convertido en un vehículo para protestar por las tropelías al territorio. Preocupada por los destrozos ambientales a los que Fuerteventura hace frente a cada rato, Aceysele se pregunta por qué “cada vez hay más aviones, más turistas, mientras en casa no tenemos agua, pero en los hoteles sí”.

Dreamland, la llama

Dreamland supuso un punto de inflexión para los tres. Fue cuando decidieron cruzar la barrera y empezar a defender la Isla desde el lado político. “Fue la mecha que prendió nuestra participación. A la vista de todo el pueblo era algo muy obsceno. En cambio, vimos cómo la clase política se posicionó a favor sin ningún tipo de pudor”, explica Álvaro.

Para Aceysele el macroproyecto de Dreamland y toda la desinformación, intereses y campañas mediáticas a favor fueron las causas que le hicieron reflexionar sobre la necesidad de estar representados en las instituciones. “Existe un movimiento social con personas inquietas que nos oponemos a las injusticias, pero creo que si no hay dentro de las instituciones quien las represente es un grito en el desierto”, opina.

Los tres llegan a la política después de un mandato donde la inestabilidad ha sido la protagonista en el Cabildo, con tres presidentes gobernando en un mandato y donde se ha llegado a ver a un presidente y a un solo consejero gobernando toda la Institución. “La única manera de dignificar la política es a través de la participación ciudadana”, remarca Lola.

Apuestan por un PIOF “cuidadoso” con el territorio y con quienes viven en la Isla

“El Cabildo es la institución del pueblo majorero y no puede ser que durante décadas haya estado en manos de determinadas familias políticas o de determinados partidos que, ni siquiera, funcionan democráticamente porque su democracia interna no funciona. Eso se observa cuando vemos cómo después de cuatro décadas los puestos políticos los copan las mismas personas”, añade.

Drago Verdes en Fuerteventura se presenta como un equipo preocupado por la defensa del territorio. En unos tiempos donde Coalición Canaria abandera la causa ecologista, los candidatos de Drago en la Isla recuerdan que en el historial de Asamblea Majorera está su defensa acérrima al proyecto de Chillida en Tindaya o la aprobación de planes de ordenación en Pájara bajo su mandato, unos planes que acabaron mordiendo el paisaje sin contemplaciones.

Si después del 28 de mayo logra sentarse en un escaño del Parlamento, Aceysele asegura que su lucha se centrará en que Fuerteventura sea “para los majoreros y quienes viven en ella”. Trabajará para que en el Parlamento haya un grito que recuerde a toda Canarias que Fuerteventura vive bajo una emergencia hídrica y con el fantasma de las listas de espera en Sanidad. En lo que respecta al territorio, la activista asegura que lo primero que pedirá es hacer “cumplir la ley”. Una ley, la del Suelo, que habría que revisar, sobre todo en algunos de sus artículos, para evitar que “el interés personal de un empresario prevalezca”.

“Hay zonas que ya están protegidas como las ZEPAS donde no se cumple la protección y es así porque no tenemos suficientes agentes medioambientales. No tenemos posibilidad de vigilar. Se han hecho planes para regular y hay que hacer que se apliquen”, exige. “Nuestro modelo de Isla tiene que ser sostenible. Nos dicen que va a crecer hasta los 180.000 habitantes. ¿Quién decide si vamos a crecer más, el libre mercado?”, se pregunta.

“Creemos que hay que hacer un debate serio y con cifras donde la naturaleza sea un factor determinante y también lo económico, pero no puede ser que el dinero lo decida todo”, insiste. Y recuerda que la ecotasa turística “no es la solución. No se pueden hacer más camas turísticas ni que haya especulación con el terreno”. No puede ser tampoco, asegura, que “los majoreros no podamos comprar terrenos ni construir y los europeos sí porque tienen unas rentas más altas. Eso se tiene que equilibrar porque es jugar con privilegios y no es justo”.

Entre esas propuestas está reforzar el sector primario. “Hay que diversificar la economía y hacer más atractivo el campo para que la gente joven vuelva al sector primario, en unas condiciones diferentes a las que se ha trabajado toda la vida, con precariedad y en régimen de aparceros. Tenemos que hacer políticas de kilómetro cero, fomento de la economía local, circular y apostar por la agricultura ecológica”.

Sus propuestas pasan por reforzar el área de dependencia con más centros de día para las personas mayores, más plazas de residencia en una Isla con un solo recurso de estas características y con listas de espera de años. También sacar adelante un Plan Insular de Ordenación (PIOF) “cuidadoso” con el territorio y con las personas que viven en la Isla. “Se debe aprobar, pero no como está definido ahora. No se puede pensar sólo en lo que demanda la patronal turística y olvidarse de la población que vive en la Isla”, sostiene.

Desde el Cabildo, Lola se compromete también a trabajar para acabar con la falta de suministro de agua y a que las renovables sean de instalación pública. “No se pueden dejar en manos privadas y que quien pone el suelo se lleve los beneficios”, opina. También se centrará en que se lleve a cabo una planificación con sentido común. “Parece que lo prioritario con las renovables es cumplir la agenda 2030 y si tenemos que llenar la Isla de molinos, para eso, se llena. Hay que hacer una planificación y ver cuáles son nuestras necesidades energéticas y cuáles son las renovables que mejor nos convendría implantar”.

“La única manera de dignificar la política es a través de la participación ciudadana”

Si Álvaro llega al salón de plenos del Ayuntamiento de la capital asegura que trabajará para hacer una política de kilómetro cero, “donde los ciudadanos del municipio se sientan bien representados con su ayuntamiento. Mi objetivo es acercar el consistorio a la población y que esta participe”, explica.

Sus líneas de trabajo se centrarán en reforzar la participación ciudadana y contribuir a paliar el déficit de viviendas en el municipio. “Se tiene que fomentar la vivienda a través del alquiler social. Intentar subir el IBI a las viviendas vacacionales. El Ayuntamiento debe tener una propuesta seria de vivienda de alquiler social”, señala.

Males endémicos

Los tres aseguran que, desde sus puestos, trabajarán para paliar males endémicos de la Isla como las listas de espera y la falta de especialistas médicos y la carencia de infraestructuras educativas que obliga a clases con ratios superiores a los recomendados. Álvaro, que es profesor, explica cómo en su centro hay aulas con 30 alumnos y se pregunta “qué tipo de enseñanza se le puede dar a un alumno que tiene que compartir clase con otros 29”.

A su juicio, “los modelos de éxito están en los países nórdicos donde hay dos profesores para cada diez. Aquí hay uno para 30. Hay profesores que están esperando una oportunidad para trabajar, pero no hay dinero para pagarles porque se destina a otras cosas”.

Con una gestión eficiente de los recursos, opina, “se puede contratar más personal sanitario y más profesionales de la educación”. Tras las elecciones del 28 de mayo, comienzan semanas de reuniones, acuerdos y pactos entre los distintos partidos para formar gobierno. Los miembros de Drago en Fuerteventura dejan claro que “no van a ser la muletilla del gobierno ni los que digan no a todo. Tenemos que hacer política útil”.