Lucas Vargas, el joven con una enfermedad rara que desde marzo de 2018 esperaba para ser valorado por la ayuda a dependencia, ha fallecido este sábado en el Hospital General de Fuerteventura, donde permanecía desde el pasado domingo ingresado por una infección pulmonar.

Lucas era un joven saludable hasta que enfermó en marzo de 2018. Un día, empezó a tener fiebres altas y alucinaciones y tuvo que ser ingresado en el Hospital de Fuerteventura. Después de dos semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos y sin diagnóstico, fue trasladado al Hospital Insular de Gran Canaria, pero allí tampoco supieron dar respuesta a la enfermedad.

Finalmente, fue un neurólogo de la clínica Teknon, en Barcelona, especializado en epilepsia, quien puso nombre a la enfermedad: encefalitis autoinmune con síndrome norse, una variedad de encefalitis causada por un mecanismo de autoinmunidad.

En ese momento, su madre Ángela y la pareja de Lucas, Inma Alcaide, comenzaron una lucha para que el joven fuera evaluado por dependencia. El informe era necesario para que pudiera entrar en una residencia.

Su familia era incapaz de cuidarlo y no sabía cómo atender a una persona empotrada en una cama, sin poder moverse y con alucinaciones y ataques epilépticos. En septiembre de 2019, desesperados y sin que nadie los escuchara, decidieron contar su historia a Diario de Fuerteventura.

Tras salir en prensa, empezaron las promesas: el Cabildo de Fuerteventura llegó a comprometerse a concederle una plaza en la residencia de discapacitados. El Gobierno de Canarias también se comprometió a evaluar al joven lo antes posible. Sin embargo, el tema de Lucas jamás avanzó.

Cada semana, un grupo de personas se manifestaba a las puertas del Cabildo de Fuerteventura pidiendo dignidad para Lucas. En silla de ruedas, Lucas fue una de las personas que encabezó en noviembre de 2019 una manifestación multitudinaria en la que, de nuevo, Fuerteventura salió a la calle para pedir una sanidad digna.

“Abandono total”

Desde marzo de 2019, el servicio de valoración para la dependencia en Fuerteventura permanecía cerrado, debido a la baja de las dos técnicas que realizan los informes. Lucas era también una víctima de aquella situación.

El joven ingresó el pasado 29 de febrero en el Hospital con una neumonía. El 19 de marzo le dieron el alta y regresó a casa pero, lejos de mejorar, su salud empeoró. El pasado domingo su familia tuvo que volver a ingresarlo. Esta vez, sus pulmones no pudieron ganar la batalla. Lucas falleció este sábado por la mañana, con 27 años, en el Hospital de Fuerteventura junto a su madre, que en su día tuvo que dejar de trabajar para poder cuidar a Lucas.

Horas después del fallecimiento, Inma, entre lágrimas, denunciaba "el abandono total" que ha padecido Lucas por parte de las instituciones. "A pesar de toda la lucha que tuvimos por una vida digna para él, lo sentenciaron", señala. "Desde primera hora no tuvo lo que necesitaba para vivir, sólo tenía el amor de su familia", asegura Inma.