César-Javier Palacios: “La naturaleza es nuestro mejor libro de lectura”
El periodista ambiental regala en 'Natural Mente' más de sesenta ‘píldoras’ para disfrutar de un mundo más respetuoso
El periodista ambiental y bloguero César-Javier Palacios recoge en su nuevo libro Natural Mente 66 artículos en los que aboga por aprender de la naturaleza como receta para una mejor y sostenible sociedad. Con ilustraciones de Eva BF, esta publicación de Plaza y Valdés cuenta con prólogo de Encarna Samitier, directora de 20 minutos, quien destaca del autor su “vena investigadora, comprometida y divulgadora”, mientras que la también prologuista Asun Ruiz, directora de SEO/Birdlife, comenta que se trata de “un libro que despierta y aviva conciencias”.
A través de esta publicación, César-Javier Palacios, afincado en Fuerteventura, despierta la curiosidad del lector con una prosa ágil, repleta de anécdotas y bien documentada en la que hallar recetas para una convivencia ‘más natural’ y de paso propugnar un futuro esperanzador, menos apocalíptico, convencido de que “si las personas son el problema, también son la solución”.
Una obra en la que equipara naturaleza y sociedad para desmitificar mitos y tabúes, para defender una naturaleza “en femenino”, un mundo urbano con calles silenciosas. Escribe sobre una vuelta al pasado para garantizar el futuro, de recuperar viejos hábitos de compra y consumo o el regreso al mundo rural.
Expone su preocupación ante el daño que nuevas y viejas modas están causando en la naturaleza y el patrimonio, como las figuras de piedra o las pintadas del abuso de las nuevas tecnologías, de la masificación turística, y un largo etcétera en una apuesta por una vida más natural y sana. En definitiva, una apuesta por un mundo mejor.
-En su obra habla de esperanza y futuro para la naturaleza, no sin advertir su preocupación por la situación a la que se enfrenta. ¿Es optimista en que el ser humano reaccionará para solucionar lo que él mismo ha provocado?
-Soy optimista, claro. Por naturaleza y porque si no lo fuera, si aceptara el fracaso, si estuviese convencido de que no hay nada que hacer y vamos camino del desastre, dejaría de luchar por evitarlo. Nuestra especie se mueve a base de retos. Hemos superado momentos terribles a lo largo de 200.000 años de existencia. Y es verdad que el momento actual es muy complicado. Pero seguimos siendo la especie inteligente. Yo estoy seguro de que encontraremos el camino para seguir disfrutando de esta vida tan maravillosa sin necesidad de seguir dañándola.
-¿Buscaba despertar conciencias con la publicación de este trabajo?
-En realidad busco contagiar mi entusiasmo por la naturaleza, el asombro hacia este mundo maravilloso en el que estamos, hacia todas esas pequeñas cosas tan hermosas que nos rodean y que, con solo acercarnos un poquito a ellas, con conocerlas, admirarlas y quererlas, vamos a ser más felices.
-¿Se puede aprender de la naturaleza para convivir mejor en sociedad?
-La naturaleza es nuestro mejor libro de lectura. También es nuestra mejor fuente de inspiración. Y nuestro más querido refugio. Pero ojo, que el medio natural no es tan solo un parque nacional o un bosque. Todos somos naturaleza, paisaje y paisanaje. También lo son las ciudades, con sus espacios verdes, sus paseos, sus rincones tranquilos. Y por supuesto, las personas somos igualmente naturaleza, seres que necesitamos vernos, tocarnos, hablarnos, sentirnos parte de ese ecosistema tan especial que llamamos sociedades, con sus ecosistemas igualmente frágiles, pero donde una buena comida (biodiversidad nutritiva a fin de cuentas) o una charla animada nos aportan toneladas de oxígeno vital.
-Habla también en sus textos de una vuelta al pasado en conceptos como el consumo a granel o la apuesta por los productos kilómetro cero. ¿Cree que tiempos pasados siempre fueron mejores?
-Por supuesto que no lo fueron. Nunca en la larga historia de la humanidad se ha vivido mejor y más sano que ahora. Pero también es cierto que en los últimos 50 años nos hemos lanzado a una carrera loca donde el usar y tirar, el mercado global, las prisas y el estrés nos están llevando al disparate, tanto personal como social. No tiene sentido haber abandonado todo lo bueno de antes, los sabores locales, la cocina lenta, las croquetas o la ropa vieja hecha con lo que sobraba de la comida del día anterior, la conversación pausada, el paseo después de comer, y haberlo sustituido por una hamburguesa descongelada que nos llega a casa por mensajero mientras vemos como lerdos (en silencio, aislados) series televisivas interminables.
-Una de las secciones la engloba en el capítulo denominado ‘Mejor turismo’. ¿Cree que se podría trabajar en un modelo verdaderamente respetuoso con el entorno que genere beneficios?
-Hace 20 años, el lema turístico de Fuerteventura era “la isla tranquila”. Ahora es la isla del corre corre, en quad, en bici, en todo terreno, en moto, en tablas, cometas, sobre zapatillas o en patinetes. Pero los turistas siguen valorando nuestra tranquilidad, el tiempo lento que emana de una isla geológicamente muy vieja, 23 millones de años en rocas que te invitan exactamente a lo contrario de lo que ahora ofrecemos. Estoy seguro de que este modelo sostenible y sosegado puede generar muchos más beneficios económicos a los majoreros. Y muchos menos quebraderos de cabeza.
- ¿Existe alguna ‘píldora’ para mejorar la relación entre sociedad y naturaleza?
-Claro que sí. Se llama “Renaturalizar”. Es un medicamento gratuito con unos maravillosos efectos secundarios, pues cuanto más nos acerquemos a la naturaleza, más la apreciemos, cuidemos y amemos, mejor nos vamos a sentir nosotros y las personas que nos rodean. Debemos volver la mirada a la naturaleza, renaturalizar nuestras ciudades, nuestras empresas y sobre todo, renaturalizar nuestras relaciones con amigos y familias. Tómese todos los días un buen frasco de naturaleza y ya verá lo bien que se sentirá. Beneficios garantizados.
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