La secretaria general de Podemos Canarias, Noemí Santana, visitó esta semana Fuerteventura en el marco de la 'Ruta 88', con la que se acerca a los municipios de toda Canarias para conocer de primera mano las necesidades de la gente.

Santana y su equipo acudieron hasta la central eléctrica de Puerto del Rosario acompañados por varios miembros de la asociación de vecinos Los Hornos del Charco, que guiaron a la diputada hasta el lugar para relatarle "las terribles consecuencias que están sufriendo por culpa de los vertidos incontrolados de combustible y disolventes".

“Hemos tratado varios asuntos que afectan al municipio pero es especialmente preocupante la situación de la central eléctrica, altamente contaminante para las personas y para el medio ambiente”, introdujo la secretaria general del partido morado.

“No entendemos cómo no se hace nada cuando la propia Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias sacó un informe que así lo atestigua”, prosiguió Santana, que solicitará al Parlamento una ampliación de esos estudios para concretar cómo afecta a la salud de las personas.

Noemí Santana pudo comprobar en primera persona "el cargado ambiente del lugar, el pestilente olor a combustible y la cercanía de esta central a la costa, que implica una afección directa no solo al mar sino a peces y aves". También destacó "el ruido que provocan algunos de los motores utilizados por Unelco, la empresa que gestiona esta central, que datan de 1975.

Azufre, níquel y cadmio son las tres sustancias tóxicas con las que conviven vecinos y vecinas de la zona. Es lo que denuncia la presidenta de la asociación de vecinos Los Hornos del Charco, Mariola Ceballos: “Esos motores trabajan con fuel-oil, un combustible muy barato que genera azufre y níquel, gases que pasan en forma de contaminación a la atmósfera y que afectan a las mucosas del ser humano”.

"Las personas expuestas a estas sustancias contaminantes a las que también se suma el cadmio, pueden verse afectados a través de la piel, los ojos o la garganta", explica Ceballos. “En cualquier mucosa o zona de sudoración el azufre se pega, generando desde dolor de cabeza, migrañas, hasta lo más grave que puede ser cáncer”.

La comunidad vecinal está "harta de sufrir contaminación aérea y también acústica, debido a los ruidos del motor y las vibraciones del subsuelo". “Lo normal en casa es tener unos 45 decibelios y hay gente que tiene 60”, denuncia el colectivo vecinal, que sufren directamente en una peor calidad de vida. “Es un derecho a vivir con salud, pedimos algo que nos corresponde por la CE. Cualquier otra empresa ya habría sido multada”, añadieron.

El compañero de la asociación Óscar Hernández, que grabó en vídeo la última gran mancha de fuel para hacer la denuncia y lo compartió en redes sociales, asegura que ya se han denunciado las "negligencias" de esta central y que las instituciones “lejos de actuar, miran para otro lado”.

“Nadie ha venido a tomar muestras de las manchas de combustible. Lo que solicitamos es que cumplan la normativa. Hay informes del Gobierno de Canarias que avalan estos niveles de sustancias tóxicas no permitidas que emanan de esas tuberías”, reclamó Hernández. “Pedimos que por favor alguien venga con asiduidad a hacer cumplir las leyes y si contaminan, que lo hagan lo menos posible”, añadió.

Desde la asociación de vecinos instan a la comunidad política a no ser ecologistas solamente para el “postureo” y se hagan cargo de esta "terrible situación que afecta a personas, seres vivos y medio ambiente".