El entorno del Charco de Bristol puede cambiar de forma radical de manera inminente. El Ayuntamiento de La Oliva ha encargado la modificación del planeamiento municipal para calificar una nueva parcela para un hotel en la Avenida Juan Carlos I de Corralejo, junto al Charco de Bristol. La parcela hotelera tendría 13.010 metros cuadrados y se podrían levantar hasta cuatro plantas de altura, con una superficie máxima a construir de 23.418 metros cuadrados.

El Ministerio de Medio Ambiente tiene en la actualidad definida en esa zona una franja de servidumbre de protección de 100 metros desde la ribera del mar, que limita de forma significativa la posibilidad de construir en ese espacio. Sin embargo, el estudio encargado por el Ayuntamiento pretende que la protección de Costas se reduzca a apenas 20 metros, para facilitar que se levante el nuevo hotel junto a uno de los espacios más sensibles de la localidad.

Con la zona de servidumbre de protección de Costas que existe en la actualidad tan solo se podría construir sobre unos 6.400 metros cuadrados de una parcela de 14.600 metros ubicada al norte de la estación de guaguas de Corralejo. El Ministerio de Medio Ambiente prohíbe nuevas construcciones de viviendas o de hoteles en la zona de servidumbre de protección.

En cambio, el Ayuntamiento de La Oliva ha encargado un estudio que defiende rebajar la protección de Costas: sostiene que cuando entró en vigor la Ley de Costas en 1988 “estaban ejecutadas las obras de urbanización” en esa parte de Corralejo y que se trataba de “suelo urbano consolidado”. Y asegura que así se aprecia en una fotografía aérea de 1987, en la que se observa que ni siquiera estaba ejecutada la Avenida Juan Carlos I.

La justificación que da el estudio encargado para modificar las Normas Subsidiarias en Corralejo es que el nuevo hotel supondrá una mejora de “imagen”. Añade que donde se levantaría el edificio turístico es un espacio “ampliamente degradado” que se emplea habitualmente “como área de aparcamiento de vehículos”, que la “ordenación” de ese espacio de la Avenida Juan Carlos I potenciará “las cualidades del saladar de Bristol” y que se podrá compaginar “la futura edificación con la preservación” del hábitat.

Para proceder a este cambio en el planeamiento municipal, que el estudio califica como “menor”, el Ayuntamiento de La Oliva parte de una previsión de crecimiento urbanístico para ese espacio, recogida en las Normas Subsidiarias, de edificios de uso residencial con tres plantas de altura y la posibilidad de construir en cuatro parcelas que suman unos 21.000 metros cuadrados. Sin embargo, la mayor parte de esa superficie está dentro de la servidumbre de protección de Costas y, en la práctica, la posibilidad de levantar nuevas edificaciones está bloqueada por Medio Ambiente.

Arriba, zona de servidumbre de Costas con 100 metros de protección.

Propuesta de parcela hotelera, en amarillo, con solo 20 metros de servidumbre de Costas.

El tráfico, por el paseo

La modificación del planeamiento municipal que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de La Oliva para Corralejo también aborda un cambio en la ordenación del tráfico. Así, los vehículos seguirían accediendo al muelle, que tuvo 1,1 millones de pasajeros el último año, desde la Avenida Juan Carlos I pasando por la calle Galicia, en sentido único.

Sin embargo, los vehículos que salen del muelle, en vez de hacerlo también por la calle Galicia, como sucede en la actualidad, lo harían por el paseo marítimo de Bristol. Hay un tramo de espacio libre, de unos 140 metros, que separa el paseo marítimo y la calle Lago de Bristol, y que el estudio encargado por el Ayuntamiento plantea eliminar para dar continuidad a la calzada. Al final de la calle Lago de Bristol se ejecutaría una rotonda, que permitiría continuar por la Avenida Juan Carlos I o acceder a la calle Galicia en dirección al muelle.

Según se señala en el estudio, el puerto de Corralejo “sufre en horas punta un problema de tráfico para la entrada y salida del mismo”. De ahí que se apueste por la “reconversión” del paseo costero, que en la actualidad no absorbe excesivo tráfico, en la vía de salida de los vehículos de pasajeros y mercancía.