Esta isla no merece el nivel tan bajo de hacer política que vemos hoy. No se debaten ideologías o formas de llegar al bienestar del número más amplio de personas posible, sino que se basa en pan y circo, postureo y confusión de la opinión pública. Si los partidos usan la falacia para manipular a la gente y algunos medios de comunicación se limitan a copiar y pegar las notas de prensa que los partidos les mandan, no podemos hablar de democracia. Si no somos libres de elegir nuestra preferencia entre opciones verdaderas, ¿a qué juego de trileros estamos apostando?

Llegar a este punto es peligroso, porque la gente está harta de sentirse engañada. Aun así, los más pacíficos, optimistas y reflexivos se organizan para trabajar por lo que consideran justo y necesario. Me gustaría nombrar algunos acontecimientos del último mes como ejemplo de lo que comento.

Asociacionismo

Cuando a principios de mes me enteré de lo que habían hecho las palas del Cabildo en el barranco de la Herradura no me lo podía creer. Tuve que ver fotos, leer diversa normativa, escuchar a los testigos del destrozo e incluso las excusas de la presidenta del Cabildo para acabar concluyendo que estamos en manos de ineptos y descarados.

Una nunca sabrá si es torpeza o mala voluntad lo que mueve a la institución a hacer las cosas tan mal. ¿Para qué gastar tiempo y esfuerzos en redactar normas si luego las van a incumplir a vista de todos? ¿Cómo es posible que rompan nateros, arranquen higueras y parras antiquísimas, que están en el ámbito de protección del catálogo recién aprobado y tenga que ser una asociación, en este caso El Efequén, quien avise a las autoridades del estropicio que han cometido ellos mismos?

¡Si hasta hay un cartel que prohíbe la entrada en época de nidificación y allí estaban trabajando las palas del Cabildo!

Acción local

Desde aquí, mis respetos al pueblo de la Antigua por haberse organizado hasta conseguir el objetivo común: parar la instalación de la antena. Pero claro, ellos siguen esperando por escrito el compromiso de que no se instalará en medio de las casas. ¡Lógico! ¿Quién cree hoy en día la palabra de un político?

Es muy triste e injusto cómo han mellado la fe de la gente en los representantes del pueblo. Y han sido ellos mismos. Es totalmente antidemocrático decir una cosa y luego hacer lo contrario. No creo que vuelvan a votar a alguien que ya ha enseñado la pata de la que cojea, pero para poder votar diferente tiene que haber una alternativa que dé confianza y esperanza. Además, en esta isla hay un historial de "agradecimiento" por determinados favores o por vinculación familiar a algunos partidos que impide dar la cara cuando hay que darla.

Pero en la isla actual, estos estómagos ya son minoría y los nuevos "fuerteventurenses", más independientes, han pillado rápido lo que pasa aquí. Los alcaldes de la isla van a tener que aprender idiomas si pretenden continuar con sus formas de hacer política.

Participación

También hay una parte de la población que tiene un nivel de resistencia inmensurable y pretende hacer política por los cauces establecidos por los políticos, pero sin entrar en partidos. Hablo de gente motivada de verdad, con altas capacidades de comprensión lectora, como los miembros del Consejo de Participación Ciudadana de La Oliva.

Oye, hay que tener moral y convicción para formar parte de una asociación, constituir un consejo de participación cuyo presidente es el propio Alcalde y actuar dentro de la formalidad que conlleva el reglamento de un Pleno, en el que pasan cosas como que no dejen hablar sobre determinado punto porque no estaba en el orden del día, que había que haber presentado un mes antes —y eso que hablamos de favorecer la "participación ciudadana"—, que cuando haga falta revisar una grabación para aclarar un acta resulte que ese día la cámara no funcionaba y que cuando se pregunte algo en concreto se reciban mentiras por respuestas.

Es duro, pero sí, ahí he estado yo, junto a otros compañeros que han ido perdiendo la fe por el camino. Pocos se rinden del todo, solo cambian la forma de participar. Como sea, lo importante es no dejar en las manos del cínico político nuestra capacidad de cambiar el entorno que habitamos.

Partidocracia

Por otro lado, es difícil enumerar las incoherencias de los partidos, pero podemos usar el caso de uno en concreto que permite a un alcalde ir a los Campamentos de Refugiados en Tinduf y luego posar con la bandera de Marruecos en el Sáhara ocupado.

Es el mismo partido que ha permitido que Canarias esté al borde del colapso, con las peores cifras en materia de vivienda, salarios y salud mental, entre otros. El mismo partido que echa balones fuera cada vez que le explota en la cara una decisión mal tomada. El mismo partido que juega a manipular la opinión pública pretendiendo que seguimos siendo el mismo rebaño que manejaba en los 90. No se quieren dar cuenta de que ya la sociedad canaria ha cambiado y está mejor organizada.

Somos capaces de redirigir su deriva de muchos modos: movimiento social, asociacionismo, participación o política. No todos vamos a ser idiotes, en su definición griega original. Hay una parte de esta sociedad que ya no está dormida ni inmiscuida en sus propios asuntos, porque al salir a la calle le golpea en la cara lo que ha pasado en los últimos tiempos.

Incluso aquellos que vinieron a vivir a Canarias en los últimos cinco años notan la diferencia atroz. ¡Y lo que está por venir! Algunos hemos aprendido a ver con antelación la isla que estos desalmados van a dejar a nuestros hijos. Hemos comprendido a dónde van las salidas de la autovía que hoy en día llevan a la nada. Ahí irá otra urbanización-champiñón.

En mi caso, ya he dejado de creer que otros me salvarán. Me he puesto a andar por el camino que considero más rápido y efectivo para parar esta debacle. Será duro, pero cuantos más seamos, más compensada estará la carga. Aquí estaremos para encauzar la energía, la fuerza y el sentido común de la gente normal, para recuperar las riendas de esta tierra.

* Portavoz de Drago Canarias en Fuerteventura