El rey Felipe tras visitar la zona de los incendios: “Me hago una idea de lo que habéis sufrido”
"Gracias a todos por arrimar el hombro", destaca
Los reyes han mantenido este lunes por la tarde un encuentro en la cumbre de Gran Canaria con un amplio grupo de vecinos que fueron evacuados por los incendios y con los cuerpos de emergencias que contribuyeron a apagarlos, a los que han transmitido toda su solidaridad, apoyo y reconocimiento.
"Me hago una idea de todo lo que habéis sufrido", ha señalado don Felipe, impresionado por el paisaje quemado que divisaba a su alrededor desde el lugar del encuentro, la degollada de Las Palomas, a caballo entre Valleseco y Tejeda, y por los relatos de angustia escuchados a personas que lo han perdido todo.
El rey y su esposa acababan de hablar con algunas de las 10.000 personas que tuvieron que abandonar apresuradamente sus casas en alguna de las noches en las que los servicios de extinción se vieron obligados a reconocer que el fuego estaba fuera de capacidad de control, que no existía medio humano que pudiera pararlo con esa voracidad y en las condiciones de calor y viento que se dieron.
Don Felipe y doña Letizia han estrechado la mano de varios ancianos vecinos de Tejeda que en poco más de diez días pasaron por el trance de ver cómo el pueblo entero era desalojado, algo que nunca antes había pasado en su historia, y han conocido los problemas que pasan pequeños empresarios agrícolas o ganaderos que lo han perdido todo y ahora tienen que volver a empezar.
Es el caso de Maite Reyes, una joven que tenía con su familia una plantación de agricultura ecológica y por la que se ha interesado la reina, que había conocido su historia poco antes por el alcalde de Valleseco, el municipio donde comenzó el tercero y más devastador de los tres incendios de agosto en la isla, Dámaso Arencibia.
"Tenemos tres niños pequeños y nos hemos quedado sin ingresos. Nos dedicábamos a agricultura ecológica, pero el fuego lo ha quemado todo. Hay que empezar de cero otra vez, después de lo que nos costó", se lamentaba esta joven, tras hablar con doña Letizia.
Su caso no es el único, es el de muchos más agricultores de la zona, como Juan Massieu, de Valleseco, que le ha contado al rey que su finca de cultivo quedó inservible, que todas las conducciones de riego o de electricidad se quemaron o se derritieron.
Pero el daño del fuego no solo fue económico, como ha subrayado el propio rey, sino también "una catástrofe medioambiental, con varios de los espacios naturales más valiosos de la isla afectados, y emocional, con no pocos vecinos aún con el miedo en el cuerpo pesar de haber pasado ya un mes, porque vieron muy cerca el riesgo de que quemara su casa, con todos sus bienes y recuerdos dentro.
"Lo pasamos bastante mal", relata María Pino Canino Maerreo, una vecina de Tejeda que, como el resto del pueblo, sufrió dos evacuaciones. "Fue horrible el fuego", confiesa, aún emocionada.
Como ella, Teresa Quintana, una anciana que dormía sola esas noches en La Solana, un barrio de Tejeda, y a la que tuvo que sacar de casa a toda prisa su hermana, Cristina.
"Perdí el tino y no sabía ni donde estaba. Ella me sacó", relata esta mujer, que salvó la casa, pero perdió un perro de su nieto y una parra que otros años le daba hasta 300 kilos de uvas. "Este año, ni una he podido comer". Peor lo pasó su hermana, ella si perdió su casa y también un animal de compañía, un perro que se asfixió.
Otra historia es la de Nicomedes Velázquez, también vecino de Tejeda, al que no se le quita de la cabeza la imagen de la segunda evacuación: "Parecía que estaba ardiendo todo el pueblo".
Con más visión de conjunto, Borja Marrero, un joven que preside la asociación de empresarios de esta localidad de la cumbre, que forma parte del club de Pueblos Más Bonitos de España, ha explicado a rey que aunque ahora la situación se ha tranquilizado, los negocios de la zona lo están pasando mal, porque fueron muchos días de evacuaciones y más jornadas aún sin nadie que visitara la cumbre.
"Pero no cabe otra que mirar al futuro", ha señalado Marrero, agradecido, como la mayoría, por los ánimos de los reyes.
Don Felipe ha reservado su segundo mensaje del día para los otros protagonistas de la catástrofe: las más de 1.200 personas de numerosos servicios de emergencia de todo tipo (locales, insulares, autonómicos y nacionales) que consiguieron que un incendio como el que comenzó en Valleseco se saldase sin una sola víctima.
El rey les ha transmitido su reconocimiento, por cómo se respondió a pesar de la "complejidad absoluta" a la que tuvieron que hacer frente, "la logística, la derivada de la orografía y por las circunstancias que se dieron aquí", con alerta de calor y todas las condiciones propicias para la propagación del fuego.
Don Felipe ha saludado en la cumbre a una pequeña representación de todos esos cuerpos de emergencias. Antes, ya había tenido una charla con sus mandos en Las Palmas de Gran Canaria, donde les dijo estas palabras: "Gracias a todos por arrimar el hombro".
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